Un duro trabajo para el nuevo SAS
En su gestión de la sanidad pública, la Junta debe superar el reto de remontar la situación dejada por el anterior gobierno del PSOE
Un año no basta para remontar lo que, durante cerca de 40, se ha estado fraguando. En su balance de lo que ha supuesto este 2019 en materia sanitaria, la Junta reconoce que queda mucho por hacer y que se está poniendo toda la carne ... en el asador para conseguir remontar la, según indica la propia delegada de Salud y Familias, «nefasta» situación que heredaron del Partido Socialista. Nefasta en cuanto a las listas de espera, en cuanto a la falta de profesionales y a la gestión de unas infraestructuras que se han ido quedando antiguas a pasos agigantados.
Por supuesto que no todo han sido aciertos. Los colectivos que trabajan codo con codo con médicos, enfermeros y demás profesionales de la Sanidad matizan algunos de los puntos en los que la Junta se ha mostrado más orgullosa. Es su obligación estar vigilantes. Sin embargo, no deja de ser un cambio a mejor que frente a la falta de transparencia que tantas veces fue atribuida a la gestión del anterior Servicio Andaluz de Salud, Juanma Moreno y el consejero Aguirre hayan comparecido hasta en cuatro ocasiones para dar explicaciones tanto de la situación en la que se encontraba el área como para adelantar medidas que se iba a llevar a cabo.
En cualquier caso, la Delegación ya ha comenzado a tomar decisiones valientes que necesitan tiempo para cristalizar. Una de las últimas ha sido la de terminar con la precariedad sanitaria que suponía tener hasta tres camas en una habitación de hospital. No están muy lejanos los años en los que el ahora inhabilitado Manuel Chaves prometía una cama por habitación en los centros públicos de Andalucía. La Delegación que dirige Paredes ha sido capaz de desbloquear la apertura del Hare de Vejer, cuyos retrasos parecían ya una maldición bíblica, para desesperación de los vecinos de la zona. Cierto que, como apuntan desde Marea Blanca, se ha producido cierto descontrol en los primeros meses, pero siempre serán preferibles los errores por el trabajo que por la desidia.
Será el tiempo el juez implacable que, no obstante, señale dentro de unos años si las medidas de cambio que se están llevando a cabo son o no positivas para el ciudadano. De momento, la reducción de las listas de espera nos hace ser optimistas.
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