La Voz de Cádiz
La diversidad como riqueza turística
El auge del turismo rural en la Sierra ejemplifica la necesaria variedad que la provincia precisa para romper la estacionalidad
Desde hace ya más de diez años, sin interrupción, es una evidencia que el turismo y sus empresas auxiliares forman el sector económico más robusto de la dañada economía provincial. Ningún otro (si se suman hoteles, hostelería, transportes y suministros) mueve más dinero, más productos y más empleo en una zona con graves problemas de paro estructural.
Los ciudadanos hace tiempo que lo saben. Nadie va a sorprenderse de esa situación. Tiene ya una larga trayectoria. Tanto, que los gaditanos conocemos los beneficios y los inconvenientes de vivir pendientes del turismo. El mayor de sus defectos es la estacionalidad, la temporalidad. Esa característica ha marcado hace año las estadísticas de empleo y, por extensión, los ingresos en miles de familias.
Las instituciones y las empresas, los expertos y los profesionales, llevan años hablando de la necesidad de «romper la estacionalidad» y «diversificar la oferta». Esas expresiones, traducidas, significan que la provincia y su sector turístico necesitan que vengan todo el año y no sólo a las playas, que no se concentren sólo en los dos meses principales del verano, quizás en alguna semana festiva de primavera o invierno. Que la costa no sea protagonista en solitario.
Para que los contratos sean más, para que la riqueza a repartir sea estable, es preciso que los niveles de estancias y visitas mantengan cierta regularidad, al menos durante ocho de los doce meses. Después de mucho desearlo, por primera vez en este verano hay serios indicios de que empieza a suceder. El turismo rural es una realidad cada vez más estable.
Los cruceros llegan con un ritmo nunca conocido a la capital gaditana y los pequeños desplazamientos familiares son cada vez más comunes. Es un turismo provincial, regional o nacional atraído por pequeños detalles como el casco antiguo de Vejer, Arcos, Jerez, Sanlúcar o Cádiz, por el nuevo puente sobre la Bahía o por eventos culturales y gastronómicos que a veces no parecen demasiado llamativos. A ese goteo se suma que grandes operadores amplían y consolida su temporada en lugares ya consagrados como destino. Si se combinan estos factores, y se mantienen, pueden volver a darse números de agosto en pleno octubre.