HOJA ROJA

Dieciocho

Acompaña a los hijos medianos la leyenda negra de los celos fraternales, la del resentimiento hacia los padres por no prestarles la debida atención, y una malsana necesidad de reivindicar su sitio

Yolanda Vallejo

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Acompaña a los hijos medianos la leyenda negra de los celos fraternales, la del resentimiento hacia los padres por no prestarles la debida atención, y una malsana necesidad de reivindicar su sitio. No son el primero, con todo lo que eso implica en estos tiempos ... en los que la maternidad y la paternidad están tan sobrevaloradas, ni son los últimos, a los que, por aquello de la certeza cruel de que no se va a volver a pasar por el mismo sendero, se les suele consentir sin miramientos. Son los hijos de en medio, los que en virtud del perverso orden natural serán, para siempre, los segundones. Sus primeras palabras, sus primeros dientes, sus primeros pasos ya no vienen envueltos en el papel de la sorpresa, y casi con seguridad, no tendrán ni siquiera un lugar en la memoria histórica de la familia; tendrán siempre como referente un hecho acaecido en la vida de sus otros hermanos, todos recordarán que lo suyo fue entre este acontecimiento y aquel otro. En descargo de todo esto, existen estudios –posiblemente hechos por hijos medianos, para qué engañarnos– que los catalogan de personas emocionalmente fuertes, que los convierten en grandes negociadores, más creativos y proactivos que el resto de los hermanos, y con una gran capacidad de adaptación al medio. Supervivientes, casi.

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