Opinión

Destino gastro-eco

El cambio climático nos trae de cabeza a todos, aunque en Cádiz parece que las iniciativas tomadas están dando buenos resultados

El cambio climático nos trae de cabeza a todos, aunque en Cádiz parece que las iniciativas tomadas están dando buenos resultados; de ahí que, confabulados con el poniente, de la ola de calor ni nos hemos enterado. Por aquí, lo de reducir las emisiones de ... CO2 a la atmósfera nos lo hemos tomado muy, pero que muy en serio y, aunque poco podemos hacer en Cádiz, por razones obvias, sobre el control de las mayores fuentes naturales de dióxido de carbono, las erupciones volcánicas y los incendios forestales, porque tener limpio el parque Genovés tampoco es que influya mucho al respecto, si que nos estamos esforzando en disminuir las causadas por la mano del hombre.

Cierto es que tampoco podemos hacer grandes cosas en Cádiz por controlar las emisiones nocivas producidas por las fábricas y las grandes industrias, básicamente por las mismas razones por la que no podemos actuar sobre las citadas fuentes naturales, así que no nos queda más remedio que centrarnos en el desarrollo de fuentes de energías limpias y, sobre todo, en la apuesta por la movilidad sostenible. Ahí está el carril bici; ahora solo hace falta que se utilice. También está lo del tranvía, que con las pruebas entre Chiclana y San Fernando parece que, después de 13 años, se desbloquea, aunque su impacto medioambiental será posiblemente limitado porque lo de dar la vuelta a la Bahía, pasando por Cádiz y por el puente, no se vislumbra ni a corto ni a mediano plazo. Pero resulta que ahora se ha identificado otro campo de actuación, en el que Cádiz, por tradición, puede ser un referente mundial y, de camino, convertirse en un destino gastro-eco saludable de primer orden. Un informe antiguo de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha vuelto a ocupar las páginas ecologistas, indicando que la ganadería, por si sola, produce tantos gases de efecto invernadero como todo el transporte mundial junto.

Lo del gasóleo, una tontería si lo comparamos con el CO2 que producimos comiendo carne, huevos, leche…. Cierto es que los anuncios de las agencias de las Naciones Unidas hay que tomárselas con una cierta precaución, recordemos al efecto el anuncio de la OMS sobre la pandemia de gripe A del 2010 y, de hecho, ya hicieron alguna rectificación sobre el tema de la contaminación, pero teniendo en cuenta que las rectificaciones no las suele lee nadie, se podría aprovechar para apuntarnos algún que otro tanto. Al fin y al cabo, en Cádiz somos, de toda la vida, más de pescado que de carne. Desde el garum romano hasta las tortillitas de camarones, pasando, por ejemplo, por las papas con choco, el cazón en adobo, la hurta a la roteña, la dorada a la sal, las huevas aliñás, la mojama o las caballas con piriñaca de la Caleta, sazonado todo ello con un toque verde, sobre todo ahora que sabemos que el gazpacho frena el cáncer de colon. Con la próxima celebración del Trofeo renovado, podríamos hasta vender que las barbacoas de la playa se eliminaron también porque había gente que se atrevía a poner carne en las parrillas. Con el oportuno marketing Cádiz podría convertirse en el destino mundial gastronómico-ecológico de referencia, y ya veremos lo que se nos ocurre para no tener que eliminar el jamón de nuestra dieta.

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