OPINIÓN
Demasiado para sánchez
No se trata exactamente de una lucha de negros en el mismo túnel, porque a algunos no les dejan luchar con las mismas armas que a otros
Aunque estemos en las últimas no hay que olvidar el primer reto y el Govern de Cataluña se ha apresurado a respaldar a los presos. Son unos días frenéticos, pero en ellos cabe todo lo que se ponga, más o menos holgadamente. El presidente del Gobierno ha tomado posesión de su cargo casi al mismo tiempo que lo hacía el Ejecutivo de otro presidente, Quim Torra. No se trata exactamente de una lucha de negros en el mismo túnel, porque a algunos no les dejan luchar con las mismas armas que a otros. Los consejeros catalanes de Quim Torra no le ha concedido ningún respiro al triunfador Pedro Sánchez, porque lo suyo es insistir en la asfixia. Prometieron obedecer a la Constitución con mucho cuidado para no nombrarla. Tampoco mencionaron al Rey, pero se comprometieron a guardar lealtad a su presidente Quim Torra. El acto fue tan solemne como todos, ya sin el control del artículo 155. Nadie, ni en Cataluña ni en Madrid, esperaba menos, mientras se intenta abrir las obturadas vías de diálogo.
Los intereses comunes le obligan a hablar, pero nadie le escucha. En el balcón principal del Palau de la Generalitat había un gran letrero pidiendo libertad para los llamados presos políticos, pero siempre que se quiere rebajar la tensión se crean otras nuevas, quizá para que Pedro Sánchez se vaya haciendo una idea de lo que le espera. Nadie, ni en Cataluña ni en Madrid, podía esperar otra cosa y menos una revolución en la política territorial, porque los terrenos están muy resbaladizos y hay que agarrarse porque vienen curvas. Una detrás de otra y en menos de dos semanas hay que nombrar más de 1.200 cargos ¿Demasiado para Sánchez o demasiado para cualquiera? Pronto lo sabremos, pero él ya lo sospecha.
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