IGNACIO MORENO BUSTAMANTE - OPINIÓN

«¿Qué se debe aquí?»

La demagogia y cortedad de miras de los actuales inquilinos del Ayuntamiento es tal que por no saber no saben ni cuánto deben

IGNACIO MORENO BUSTAMANTE

Parece que vamos a tener que preguntarlo así. Como en las barras de los bares. Por favor, por supuesto. «Camarero, por favor, ¿qué se debe aquí?». Pero al alcalde. «Señor González, por favor, ¿cuánto debe su Ayuntamiento?» Y es que las excentricidades de Podemos copan nuestro tiempo. Nuestras conversaciones. Todo parece de barra de bar. Por no mencionar el bochorno de los plenos. Pero lo grave, lo realmente grave, es que por increíble que parezca, nadie en el Ayuntamiento de Cádiz sabe a ciencia cierta a cuánto asciende la deuda que tenemos todos los gaditanos con bancos, proveedores, etc. Cuando el alcalde de Cádiz llegó a tan alto puesto dijo –en La Sexta, con cara compungida– que cada uno de nosotros, por el hecho de nacer, debemos 1.700 euros. Lo afirmó como si el siguiente paso fuese la muerte. O un desahucio colectivo desde La Viña a Cortadura. Todos a la calle, que debemos 1.700 euros por barba.

Qué quieren que les diga. No es una cifra para echarse a temblar. Quien más quien menos debe bastante más si ha tenido la desfachatez y la osadía de pedir un crédito para comprarse una casa, o para reformarla. O un coche. Incluso algún inconsciente ha pedido un crédito para ayudar a pagar los estudios universitarios de su hijo. Y ya, en el colmo de la osadía –estos seguramente son fachas y pertenecen a familias que entroncan directamente con los herederos del franquismo– hasta han pedido un adelanto de la nómina para irse quince días de vacaciones. En estos tiempos que corren y con el hambre que hay en Cádiz –como nos recuerda nuestro anticapitalista alcalde–, cualquier cosa que no sea vestir, comer y tener un techo es un lujo innecesario. Por más que uno se lo haya ganado trabajando como un mulo. Que en Cádiz también los hay. Y muchas veces hay que recurrir a créditos. Y hacerlo con responsabilidad. Sobre todo, en el caso de una ciudad, justificando cada céntimo. Si mi cuota de 1.700 euros ha servido para tener un estadio espectacular y que además va a traer riqueza, si se ha invertido en que mi ciudad ya no esté dividida en dos por una vía de tren, en rehabilitar los dos castillos... que me pase la factura que se la firmo ahora mismo. Y de regalo, la rehabilitación del casco antiguo con fondos europeos y andaluces y un puente impresionante pagado por todos los españoles. Hasta poco me parece la deuda.

Y si ahora, en su afán por ahorrar, no se va a arreglar una farola, no hay a la vista un sólo proyecto de futuro y todo se va a destinar a políticas que sólo producen gasto y no ingresos, a ver dónde estamos dentro de tres años. La demagogia y cortedad de miras de los actuales inquilinos del Ayuntamiento es tal que por no saber no saben ni cuánto deben. Sigamos así. Que vamos bien.

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