OPINIÓN

Cuento de Reyes

Cuando llegaba el día, desde la mañana se le alborotaba algo por dentro y salía a quitarse los nervios dando un paseo por la ciudad que aquella tarde sería suya

Francisco Apaolaza

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cuando llegaba el día, desde la mañana se le alborotaba algo por dentro y salía a quitarse los nervios dando un paseo por la ciudad que aquella tarde sería suya. Faltaban solo unas horas para que entrara en barco en la Bahía de la Concha ... y que desde el ‘Aitona Julián’ sintiera el rugido de los gritos de los niños al otro lado de la playa sobre la barandilla. Por dentro se sonreía y ya se los imaginaba saludándole desde el espigón del muelle, cada uno queriendo que lo mirara a él, extendiendo al cielo las manos para trincar algún caramelo en la cabalgata, llamándolo con ese grito que no abandonaría hasta la noche: «Gaspar, Gaspar, Gaspar...».

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación