El Apunte
Cuando Lo importante se impone a lo baladí
Un nuevo descenso histórico del paro demuestra que hay una política eficaz, no todo es ruido y gestos para la galería
En medio del despropósito que vive la política en España en general y en Cádiz en particular, afortunadamente lo importante se impone a lo secundario, a lo baladí. Y lo importante, lo primordial, la clave del futuro de toda la ciudadanía –la gente, en el argot podemita– es crear empleo. Que mes a mes desciendan las brutales cifras de parados que aún siguen golpeándonos. Y eso se está consiguiendo, después de demasiados años de caída libre. Sólo este mes, el número ha descendido en más de 124.000 a nivel nacional y de 6.500 a nivel provincial. Datos históricos que demuestran por sí solos que se va por la buena senda. Un camino que aún es largo y en el que quedan muchos obstáculos por sortear, como la mejora de la calidad de ese empleo que poco a poco se va creando.
Son tantas las dificultades que aún quedan por afrontar que resulta del todo desesperante para los ciudadanos –para la gente– ver cómo buena parte de los políticos dedican su tiempo a desviar la atención, a descalificar al rival, a dogmatizar sobre su causa con discursos grandilocuentes pero vacíos de contenido, de soluciones. Claro que los ciudadanos –la gente– también son electores, y en la última consulta que se les realizó hace apenas una semana han mostrado por millones, más de siete, su grado de madurez.De sentido común. Y decidieron dar su confianza mayoritariamente al único líder político que en la actualidad parece estar medianamente preocupado por el futuro de España. O al menos no tanto como por el suyo propio, que es lo que transmiten el resto. Con sus grandes defectos y problemas internos –fundamentalmente la corrupción– el Partido Popular es hoy en día la mayor garantía de prosperidad para España. Lo cual habla muy mal de sus adversarios políticos.
Unos adversarios que siguen enfrascados en asuntos triviales, en hacer ‘ruido’, en políticas de gestos. Y no sólo a nivel nacional. Todo eso se traslada a las administraciones inferiores, donde el ayuntamiento de Cádiz es uno de los más claros ejemplos de cómo cualquiera puede ejercer la política sin aportar nada a su ‘gente’, a sus propios vecinos. De como elevar a su máxima expresión aquello de «mucho ruido y pocas nueces».