Continuamos

Pues sí, continuamos, porque esto solo acaba de empezar. El Carnaval 2016 ya está en la calle. Después de la maratoniana función de la pasada final, ahora el protagonista son otros: carruseles, callejeras, romanceros, otra forma de vivir la fiesta, sin odios sin rencores, aquí no hay quien valore si te equivocaste o si fue otro quien se equivocó. Aquí todo es más fácil, solo hay que tener ganas de pasarlo bien, ya si participas de manera activa o si simplemente vienes con ganas de juerga.

El Concurso ya queda al margen. Ese mes de coplas donde todos disfrutamos de los repertorios, tanto de las agrupaciones buenas como de las no tan buenas, llegó a su fin. Todo se resume en una final muy larga, que aunque a todos los aficionados nos gusta escuchar cuanto más mejor, también sea dicho que una final donde actúan 15 grupos y que empieza a las 9 de la noche no puede acabar con las claritas del alba. Son muchos los que abogan por una final larga, pero yo me manifiesto en contra y pienso que lo más lógico por el bien del espectáculo y de las agrupaciones que tienen que actuar a las 7 de la mañana sería una final de tres como venía aconteciendo estos años atrás. Es cierto que una final de cuatro contenta algo más a la agrupación que pasa a la gran final, pero que no soluciona para nada ese veneno que recorre la mente de los grupos que quedan a las puertas y se pegan dos días de pataleta, buscando culpable en el jurado, en la prensa o en cualquier lugar donde puedan ver su pena consolada, pero ¡ojo! nunca sin hacer autocritica, por Dios, con lo bueno que son.

Pero ahora toca disfrutar de los carruseles de coros, perderse por cualquier calle con los amigos, con su copita de vino y a disfrutar del arte y del ingenio de las callejeras que te ofrecen su repertorio gratuitamente solo con el pago de unas risas. Y como decía el célebre estribillo de la chirigota de ‘Los Cubatas’, «si te sientan mal los cubatas no te pongas metepata, ¡ay acuéstate!, ¡ay acuéstate!, ¡ay acuéstate!», o como dice mi compadre, a esperar que llegue el Domingo de Ramos que ya está al caer. ¡Salud!