Opinión
Conductores y peatones
Está previsto que pronto tengamos más de 20 kms de carril bici
Está previsto que pronto tengamos más de 20 kms de carril bici, incluyendo la circunvalación del casco histórico, el tramo hasta Asdrúbal o la conexión con la Juan Carlos I. Y, mientras tanto, Copenhage nos tutorizará sobre la manera de adaptarnos al nuevo modelo de desplazamiento sostenible. Sorprende que, en un lugar como España con nuestras horas de sol, cueste tanto el introducir el uso de la bici y sea necesario acudir a las enseñanzas de los europeos del norte. Pero esa es la realidad y todavía nos queda mucho que aprender, en este aspecto, de ellos. En Holanda, por ejemplo, hay más bicis que holandeses y los carriles están dispuestos para permitir los adelantamientos entre ciclistas e, incluso, disponen de sus propios semáforos. No se si llegará hasta ese extremo el Plan Andaluz de la Bicicleta o si los gaditanos adoptaremos mayoritariamente el uso de la bici como medio habitual de transporte.
Eso de pedalear, además de la protección del entorno, nos trae innumerables efectos positivos sobre la salud, de manera que, entre otras cosas, fortalece la musculatura, mejora el riego sanguíneo e incrementa la capacidad pulmonar, aunque me da la impresión que por aquí la modalidad ciclista con más futuro será la del uso de las ebikes, con el nivel de asistencia puesto al máximo. La prueba, el descenso en la adquisición de bicis de montaña y carretera y el incremento en la compra de las urbanas, sobre todo de las eléctricas.
En fin, bienvenidas sean si ello ayuda a descongestionar y, además, en Cádiz hay que tener en cuenta lo del Levante de cara. Por otra parte, a ver si los daneses nos ayudan en el tema, habrá que ir pensando en como ordenaremos el uso de los patinetes, por supuesto los eléctricos, que esos si que se han implantado, y bien, por las calles españolas. Quizá, y respondiendo al uso mayoritario, tendremos que cambiar el nombre de carril-bici por carril-patín. Otra cosa sobre la que tendremos que ir reflexionando es la implantación, de manera segura, de los dispositivos móviles en los nuevos modelos sostenibles de transporte, ya sea bici o patín, eléctricos o aeróbicos y, sobre esta cuestión, difícilmente los nórdicos nos podrán dar pautas. ¿O es que alguien piensa que cuando todos los de por aquí nos desplacemos en bicicleta, o en monopatín, vamos a dejar el móvil en casa? No es cuestión baladí. En eso de la dependencia del móvil, al peatón o al conductor español, no existe nadie que pueda darle lecciones. Basta observar un poco nuestro entorno para comprobar como conducimos hablando, aparentemente, solos o lo difícil que resulta encontrar peatones por las calles de Cádiz que no estén mirando la pantalla de un móvil al tiempo que se desplazan. Seguro que todos nos adaptaremos, antes o después, al cambio del coche por la bici, pero eso de olvidarnos del manos-libres es cuestión aparte. En algunas ciudades se ha implantado unos semáforos especiales, con leds en el suelo, para los peatones adictos al móvil; los de por aquí, sin embargo, han desarrollado una habilidad asombrosa, como si hubiésemos adquirido un sexto sentido, o quizá sea porque nos avisa Siri, para compaginar el uso del smartphone con la capacidad para evitarnos un atropello; algo que tenemos ganado los gaditanos.
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