OPINIÓN
El concepto de limpieza
Un informe estatal confirma la sensación que tienen muchos vecinos: Cádiz está sucia
Las responsabilidades de los ayuntamientos son muy limitadas. Cuando los partidos viven el furor de la campaña electoral municipal –a punto de empezar– hablan de crear empleo, de infraestructuras, de libertades y derechos. En cuanto esa misma formación lleva tres meses a cargo del Gobierno ... municipal empieza a decir la verdad: que no tiene mucho que hacer en cuestión laboral, que apenas tiene recursos para prestar todas las ayudas que los ciudadanos le reclaman, que apenas pinta nada en industria, economía y mucho menos en infraestructuras. Las competencias municipales, por desgracia, se limitan en la administración española a la prestación de algunos servicios esenciales entre los que destacan el transporte y la limpieza –al margen de la programación cultural o lo relacionado con las fiestas–. En esas áreas, su influencia es total y pocas provocan más impacto en el ciudadano. Ahí no hay escapatoria. Lo relacionado con el tráfico urbano, los autobuses, el aparcamiento, la recogida de basura y la limpieza en general o el mantenimiento de los espacios públicos es exclusivamente competencia municipal. Y resulta llamativo que en Cádiz, cuatro años después del relevo municipal, despierte quejas y críticas el estado de sus calles y plazas. Un informe nacional confirma las sensaciones. La situación no llega al aprobado raspado, no alcanza el simbólico ‘5’. Esta situación, que se da en estrecha colaboración con un buen número de vecinos maleducados, cabe achacarla a los responsables municipales que han permitido que se multipliquen los excrementos de perros, los equipamientos rotos y los rincones con serios problemas de limpieza. En muchos casos, esta situación afecta a los rincones más turísticos, los que deben reflejar una mejor imagen de la ciudad por tener un impacto en la microeconomía local. Esos enclaves con encanto y monumentos históricos aparecen en algunos casos medio abandonados con la omisión del Ayuntamiento de Cádiz y la activa complicidad de gamberros y guarros. Plazas, parques y privilegiados balcones al mar sufren casi a diario los destrozos ocasionados de forma salvaje y que tardan meses en ser reparados por la ausencia de control y fiscalización de unos servicios que corresponden exclusivamente al Ayuntamiento de Cádiz. Ahora podrán decir que ya estaba así y nadie decía nada, que es un problema de educación de la ciudadanía, que hay ciudades que están peor... Podrán decir lo que quieran menos negar que es su responsabilidad única y directa, que eso les toca a ellos.
Ver comentarios