OPINIÓN
El COAC: a la función escolar o al tesoro de la humanidad
En los próximos años tendremos que escoger, con más fuerza, si queremos un Concurso netamenteme gaditano o si lo abrimos en igualdad para todos
«Y si tú no eres subnormal y no sales en un coro o en una cofradía (que es lo más parecido)..» Oiga, antes de irle a llorar a su asociación de abogados más cercana, que sepa que esto no lo he escrito yo, que ... lo cantaban Los Panteras, de Juancahlo, cuando apenas llevábamos un mes del siglo XXI. Cuando el exabrupto no tenía un millón de pájaros graznando ni titulares (con eterna vocación de suplentes) en periódicos y blogs alertando de cruzadas infantiles por eso de que a una suegra le olían los pies o porque aquel sacerdote no cumplió con la norma de que las canciones de los niños del coro se cantan pero no se tocan. Era una época en la que Aragón Becerra no necesitaba ser Juancahlo para, con solvencia de alquimista, atizar en el universo de cinco versos a toreros, a tradición, a la Junta y al proverbial conformismo andaluz. Pim, pam, pam. Sin que nadie llorara diciendo que si la tauromaquia y el Goya que la fundó ni que si el sambenito de vagos de los andaluces cuando Machado y Averroes...
Fue precisamente con los Yesterday, cuando el siglo XX iba cerrando suave la puerta, que forjó una de las frases que han quedado en el imaginario arbitrario de carnaval: «Cádiz patrimonio de la humanidad, y un mojón pa los humanos, Cádiz es de Cádiz na más, que es patrimonio del gaditano». En las barbacoas del Carranza de hace dos décadas, junto con el romper de las olas y las negativas de las chicas, era de lo que más se oía cuando ya ni la luna se sostenía en pie. Se cantaba con el grito del que siente el doble de lo que piensa.
Y aquí es donde está la madre del cordero (lo de antes era puro forraje): Si el tesoro de coplas, papelillos, poesía urbana y orines en las puertas de los garajes es exclusivo de los de aquí o Cádiz es sólo el punto de apoyo para que la ironía y la gracia, de donde quiera que venga, mueva el mundo. Si las entradas del Falla deben venderse sólo a los gaditanos como si fueran los padres de la función escolar con más nivel de todos los tiempos o si, como un concierto de AC/DC, tienen que estar todas en internet para que no haya más distingos que la velocidad de conexión. Le confesaré que, mientras lo decidimos, la opción actual me parece la mejor.
Un melón con idéntica complejidad de apertura es el de la participación de agrupaciones de fuera que, poco a poco, han ido imponiendo un estilo distinto al que se disfrutaba (o sufría) en el Falla. En todas las fiestas hay quien está deseando poner límites y la de la libertad, más en estos tiempos, no es una excepción. ¿Queremos grupos de Cádiz o de urbi et orbe? ¿Saldremos a decir que vienen los de fuera a quitarnos nuestro tresporcuatro? De momento, vamos hoy a por los ostiones...
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