OPINIÓN

Cine de verano

Escenarios de las noches estivales de nuestra infancia eran lugares de encuentro y esparcimiento pero antes que nada cines

Julio Malo

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Escenarios de las noches estivales de nuestra infancia, aquellos espacios bajo las estrellas suavizados por las brisas eran lugares de encuentro y esparcimiento, pero antes que nada cines y las películas eran lo importante; tiempos en los cuales la informática aún era ciencia ficción y ... apenas se veía televisión. Recuerdo una noche al comienzo de los años sesenta, los chavales esperábamos una colorida película de vaqueros e indios protagonizada por alguien parecido a John Wayne; cuando la gran pantalla nos mostró “Calabuch” del español Luis García Berlanga. Una cinta en blanco y negro rodada en Peñíscola hacia 1953 con actores y figurantes españoles. La decepción distrajo a varios amigos, pero a otros nos atrapó el encanto de la narración, un científico americano escapado de investigaciones militares, que acaba por idear un cohete pirotécnico mediante el cual el pueblo de Calabuch vence de forma espectacular en un concurso de fuegos artificiales. Ahora pienso que nos seducía el ajeno mundo de los americanos, cuando, lo mejor que tenemos los españoles es ser como nosotros mismos.

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