FRANCISCO APAOLAZA - ARTÍCULO
Los chorizos y los asesinos
El Yuyu ya trató la problemática de la carne procesada con 'Los bordes del área'
Está bien lo del chorizo asesino de la OMS y todo el cachondeo que se ha generado alrededor, pues nos ha hecho escuchar de nuevo al Yuyu de Cádiz. José Guerrero, chirigotero para la gloria del ingenio humano, ya trató la problemática de la carne procesada cuando en 1996 con su chirigota de árbitros 'Los bordes del área' le dedicó un pasodoble al chopped: «Cada vez que voy al supermercado y contemplo a los chorizos 'colgaítos' en su alcayata, pienso yo en la tremenda injusticia de tener encerradito al chopped-pork dentro una lata. (...) Hay una rebelión dentro del hiper: se han atrincherado y han hecho piquetes; han puesto barricadas de pinchitos y se han encapuchado los tranchetes». Desde Georges Brassens y su hecatombe en el mercado de Brive La Gaillarde que narraba así: «La más gorda de las hembras, abriendo su enorme blusa, golpea con grandes golpes de mamas a los policías que se ponen a su alcance», nadie había cantado a una algarada con tanto ángel. Hay que agradecer a la OMS haber revisitado al Yuyu en una redacción de Madrid, que es como volver a Herman Melville asomado la crisis de los cuarenta o como escuchar Lakmé en las laderas del Gorongoro.
La mejor broma de todas es que no se deje de hablar de lo que mata el morcón de Salamanca y nadie hable de lo que asesina el humo de los coches. Esta le va a hacer gracia, mire. Como chiste es nuevo, pues no se ha contado mucho. Se calcula que la carne procesada y los embutidos se llevan por delante con la inestimable colaboración del cáncer a 80.000 personas en todo el mundo; la contaminación del aire mata a siete millones. Solo en España, la polución provoca o adelanta la muerte de 27.000 españoles, esto es un tercio de todos los muertos de España. «¡Allá los muertos!», gritaba Celaya. Los agentes que ensucian en aire, entre ellos los tubos de escape, matan 17 veces más que los accidentes de tráfico, pero es probable que usted no lo supiera. Los óxidos nítricos, las partículas en suspensión y otros gases que respira crean nuevos asmáticos, provocan tumores, ahogan a los viejos y a los bebés y cuando por cada escalón que suben sus medidores, aumentan las tasas de mortalidad en las ciudades, así, en general. También agravan a los enfermos del corazón y hace que nazcan niños con pulmones inmaduros, que más tarde desarrollen todos los rangos de autismo, déficit de atención y que los hijos de mujeres expuestas al tráfico tengan más probabilidades de ser hiperactivos.
Ustedes pensaban que el cochazo del vecino de 500 caballos podía contribuir a terminar con las poblaciones más remotas de rana lechera del Amazonas y que fundiría el casquete polar y en realidad estaba matando a sus hijos. ¿No es divertido? Se partirá de risa también si conoce que los coches diesel que le vendieron con la etiqueta de ecológico, en realidad era más mortífero que el de gasolina. En Europa, donde se promovieron sus ventas, ya lo sabían. ¿Cómo es posible que usted no se hubiera enterado antes? Probablemente, las autoridades le estaban ahorrando un disgusto.