Zurdo, vasco y torero
El toro ofrece salvajemente razones para tres ejercicios muy cívicos: vivir, comprender y emocionarse
Eneko Andueza ha publicado un libro sobre ‘Los toros desde la izquierda’ porque el tema merece atención y porque es socialista, vasco y aficionado. La suya viene a ser la triada de la incorrección . No sé si habrá un lehendakari negro, pero el ... secretario general de los socialistas de Gipuzkoa es corredor de Santo Domingo, doloresaguirrerista y partidario del toro-toro.
Podemos hablar de la llegada del toreo a pie como toma de la Bastilla de un arte reservado hasta entonces a la aristocracia montada a caballo, de la plaza en la que manda el pueblo y de Picasso, pero también del giro que Eneko propone en el debate de los cuernos en España. No es que los toros no sean de derechas, ni de izquierdas -sostiene-; es que los toros son de derechas y son de izquierdas. De alguna manera, en la búsqueda extrema de la belleza en la batalla del hombre contra la muerte y contra sí mismo, uno consigue explicarse el mundo en su forma más profunda, y en él encuentran argumentos tanto los de un lado como los del otro. El de izquierdas pergeña en el toro razones de izquierdas y el de derechas, de derechas. Hasta se puede entrar en una plaza siendo de izquierdas y salir de viejo toreando con la derecha, y viceversa, sin dejar de ser aficionado. Hasta los de centro, con ese aire de corrección calmada casi de faena de muleta de Enrique Ponce, en la plaza encuentran su sitio. El toro ofrece salvajemente razones para tres ejercicios muy cívicos: vivir, comprender y emocionarse.
A Eneko naturalmente le han puesto las banderillas negras y también las de fuego, y va por ahí estos días con un capote rasgado colgándole de un pitón. Los aficionados recibimos al día tres puyazos y a nuestros hijos y perros les ponen más banderillas que El Soro en sus tiempos. El prólogo del libro lo firma Carmen Calvo y en él la vicepresidenta reclama la necesidad de echarse al ruedo de la opinión pública de los aficionados zurdos y esto ha molestado al director general de Bienestar Animal del Gobierno Sergio Torres que les ha recordado “desde el respeto” que en epoca de Pablo Iglesias Posse, ambos estarían expulsados. Antes en Podemos te hacían la autocrítica; ahora te hacen la purga. También le han deseado a Andueza que le hagan “un Fernando Múgica”, a lo que toreramente responde que ojalá fuera tan buen aficionado y tan buen socialista como el político asesinado.
Claro que no todos los antitaurinos son asesinos, pero se los pasan cerca. Especialmente en Euskadi, el animalismo y el terrorismo conformaron desde los años 80 eso que ahora se llama un ‘crossover’. Siembre han existido notables aficionados abertzales y un arraigo único de la tauromaquia en la sociedad profundamente vasca donde el toro y la fiesta sirvieron de refugio y encuentro más allá de ‘la política’ o como queramos llamarle a aquello que pasó. Pero desde ETA se refugiaron en el ‘greenwashing’ de la pretendida ecología, y así mataron a José María Ryan para parar la construcción de la central nuclear de Lemoniz y cargaron contra los toreros por torturadores y también por españoles, naturalmente. En los 90, Antxon Urrusolo organizó un debate en ETB entre taurinos y antitaurinos. Hablaron dos portavoces taurinos. Uno de ellos era mi padre, que se confesó extrañado de que el un conocido activista de Batasuna presente en el programa representando a los antis denunciara el sacrificio de unos toros y callara ante el tiro en la nuca a las personas. El otro se llamaba Gregorio Ordóñez.