Julio Malo de Molina - OPINIÓN
Carta a los magos
Pidamos a los Magos de Oriente que este proceso de cambios permita recuperar la pérdida progresiva de derechos de la gente
Huele a Navidad, el periodo festivo más importante en el mundo occidental y de tradición cristiana, también es renovación del ciclo del sol en el hemisferio norte; como tal se ha venido celebrando desde tiempos ancestrales, y aún se conservan rastros de tradiciones germánicas o celtas y de las saturnales romanas.
Pauta la sucesión de fechas que nos permite datar los acontecimientos que la humanidad quiere recordar, desde que se adopta el calendario juliano, llamado así porque lo introduce Julio César tras la conquista de Egipto. Su actual nombre se asocia al natalicio de Jesús de Nazaret , uno de los grandes pensadores de nuestra cultura. Más allá de su condición de Hijo de Dios que le atribuyen los católicos, aporta la idea de redención o capacidad del hombre para transformarse, y por eso plantea el perdón de los pecados o deudas, pues en arameo estas voces son sinónimos.
En esa lengua se escribieron los textos canónicos que relatan hacía el sigo segundo las prédicas de Jesús. Si bien hay otros muchos escritos llamados «apócrifos» porque no se aceptan como parte del Nuevo Testamento de la Biblia, aunque algunos son muy interesantes y otros hasta francamente divertidos. En ningún texto se fija con precisión su nacimiento que se decide establecer durante las fiestas del solsticio que ya se venían celebrando.
El evangelio canónico de Mateo como también el apócrifo de Tomás mencionan el viaje de unos magos que buscaban al rey de los judíos nacido en Jerusalén, la relación a una estrella que los guiaba permite que algunos estudiosos hayan querido entender su condición de astrólogos. Sin embargo, la Iglesia les atribuye además el rango de monarcas y fija su número, por eso desde el siglo VI se habla de los tres Reyes Magos .
La reforma luterana elimina esta creencia, pese a lo cual en 1601 los abogados de Londres encargaron a Shakespeare una obra que se tituló ‘Noche de Reyes’ y fue representada ante Isabel, la reina virgen y azote del Papado y de Felipe II. En España la festividad de la Epifanía de los Reyes Magos compite con relativo éxito frente a Santa Klaus o Papá Noel como día para repartir juguetes y dádivas.
La expresión «carta a los Reyes Magos» adquiere un sentido metafórico en estos tiempos confusos y difíciles, desde que la quiebra de la socialdemocracia y la presión del Poder Financiero han modificado los valores de nuestra cultura política.
Durante el año que cerramos sucedieron cosas no siempre previstas que preludian cambios, ya que ahora pintan bastos al menos se abren esperanzas. El Reino Unido abandona la Unión Europea , a la vez que ésta se revela como un instrumento para el prestamismo ajeno a la unidad cultural y política del continente.
En Portugal y Grecia se consolidan nuevas opciones, en España ha cambiado sustancialmente la escena política, en Roma un jesuita sustituye al largo papado ultra conservador, y a la cabeza del Imperio se instala un tipo estrafalario contra el poder de los medios.
Así las cosas al menos pidamos a los Magos de Oriente que este proceso de cambios permita recuperar la pérdida progresiva de los derechos de la gente y la dignidad de los pueblos. No será fácil, recuerdo un poema de Bertolt Brecht titulado ‘A los hombre futuros’, porque la lucha contra la injusticia crispa la voz, y así concluye el poeta alemán: «Nosotros que queríamos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables».
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