Opinión
Carnaval de Influencer
en nuestro carnaval va en aumento este fenómeno de las influencias televisivas y de personajes monstruosos
Cuando te montas en cualquier línea de bus y observas el comportamiento de la gente compruebas que la vida nos está llevando a forjar personalidades más individualistas e insolidarias que nunca. Las cabezas agachadas hacia nuestro smartphone son el mejor indicativo de que estamos más ... cómodos en solitario y viendo páginas de personalidades externas que con cualquiera. Antes veías cuando subías en alguna parada algún amigo o conocido e incluso le hacías señas para indicarle que estabas allí. Hoy ni te das cuenta quién entra, ni quién sale y casi ni de por dónde va el bus a no ser porque de vez en cuando levantas la mirada para no pasarte la parada. Es verdad que el móvil acerca a los lejanos y aleja a los cercanos , tanto es así que estamos más influenciados por una cantante guaperas que por nuestra propia madre. Antes, tus familiares, amigos, profesores, vecinos y la sociedad en general eran los pilares de tu personalidad, pocos eran los influenciados o calcados de algún Influencer de aquella época y pocos éramos los que nos dejábamos llevar por algún actor o concursante de medio pelo.
Cada año estamos viendo cómo en nuestro carnaval va en aumento este fenómeno de las influencias televisivas y de personajes monstruosos que a lo máximo que llegan es a enseñar su dentadura perfecta y a tocar una flauta con un agujero solo, como Bartolo. En coros se ve por año más diluida la esencia de lo natural y tradicional de la modalidad, tal vez bastante confundidos por la modernidad que les presentan la influencia de medios y nuevas tecnologías. Estamos convirtiendo a los coros en grupos de animación callejeros por mucho que me pese reconocerlo. En chirigotas la influencia exterior nos presenta agrupaciones que no se saben ni qué son, parecen comparsas o chirigotas parodiadas con menos gracia que un sábado santo. Los cuartetos van empujados por estas presiones noveleras sabedores que si no les permiten hacer los que les venga en gana desaparecerán por demás. Y las comparsas, los verdaderos Influenciados del Carnaval gaditano, lo más de lo más. Con tipos extravagantes, posmodernistas, surrealistas, algunos sacados de un libro que encontraron en el desván de la película de los otros, que tienen que ser explicados hasta la saciedad por comentaristas y prensa porque no hay quien los entienda y sobre todo con unos repertorios sobrevalorados por un jurado, público y medios que cada vez están más influenciados por el carisma del autor y sus componentes y menos por el argumento que presentan cada año sobre las tablas. Y por último las callejeras, sí hasta ahí está llegando los Influencer con su poder de captación. Muchas de ellas ya se creen poseedores de la originalidad, de la clase, de la libertad o como las creadoras del humor inteligente en el mundo mundial, sin embargo van dejando de lado la naturalidad y la gracia de Cádiz perdiendo toda espontaneidad que caracterizan como ejemplo a nuestro Gómez o a la propia Koki Sánchez y en sus tiempos a mi amigo Paco Leal.
Siempre creí ser un autor adelantado a mi tiempo, como otros que aún se mantienen en la palestra, pero jamás hemos puesto por encima del éxito y la fama el derrumbe de nuestras tradiciones ancestrales y mucho menos a causa de seguir las modas de algún tipo de Influencer que lo único que hace con nuestra fiesta es vomitar el dinero que le hacemos ganar.
