Malo sería
LAVOZ ofrece a sus lectores el prólogo del libro ‘Malo sería...’, que recoge una recopilación de los artículos de Julio Malo de Molina, así como cartas que le dedican algunos de sus amigos
![Carmen Fraisolí, viuda de Julio Malo de Molina: Malo sería](https://s3.abcstatics.com/media/opinion/2022/03/19/v/julio-malo-kNa--1248x698@abc.jpg)
Julio Malo de Molina no necesita presentación. Ha sido uno de los arquitectos fundamentales en la ciudad y, durante más de una década, columnista en LAVOZ. Este mes ha viso la luz ‘Malo sería... Julio Malo de Molina, el arquitecto del papel’, una obra que ... recoge algunos de sus artículos más representativos. Reproducimos a continuación el prólogo del libro, obra de su viuda, Carmen Fraisolí.
Varias fueron las veces que algún amigo llamó a Julio para encomendarle el prólogo de su publicación. Era la excusa perfecta para elogios, piropos, algarabías y risas entre ambos. Era una oportunidad de reencuentro y camaradería con un colega de antaño; los amigos de Julio lo eran para siempre. Malo sería que nunca nadie le hubiera pedido colaboración o favor, pues era generoso en exceso de su persona.
Ahora, la encomienda es distinta, me la encarga esta vez a mí, Emilio Gil Cerracín, magnífico diseñador gráfico de esta recopilación, haciéndose eco del refranero: “Todo se pega menos la belleza”. Él sabe que yo soy “mala de guardar”. Del prolífero en letras Malo me he tenido que leer, y escoger por temas, entre 683 artículos, clasificarlos y encargar a los amigos entendidos en cada materia su correspondiente selección. Todos han aceptado con agrado y puesto su grano…Malo sería que entre tanto que sembró la cosecha no fuera exageradamente generosa, tal y como nuestro Malo favorito era con todos sus amigos y conocidos.
Malo sería que no se le adjudicara el mérito de que el Colegio de Arquitectos de Cádiz, tras su decanato, sea conocido a nivel mundial, pues invitados al mismo a conferencias, ponencias, mesas de debate, presentaciones y exposiciones han `pasado por la sede colegial de la Plaza de Mina, profesionales del máximo nivel.
Malo sería que no se reconociera a Julio el mecenazgo de nuestra ciudad milenaria. ¡Cuántos vinieron por primera vez desde la otra punta del planeta sin saber siquiera dónde estaba Cádiz! Se llevaron y extendieron nuestro privilegiado emplazamiento. Malo sería que no se le reconociera como embajador de nuestra historia.
Malo sería que olvidáramos los gaditanos su constancia y su
ahínco en virtud a la remodelación de la Plaza de Sevilla, como encuentro emblemático en nuestra ciudad, para que la entrada por tren y por mar confluyan en un mismo punto, tras una campaña de años de lucha constante e incesante.
Malo sería que los lectores no conocieran sus principios como hombre de izquierdas desde sus tiempos de estudiante, su admiración por la masonería, su encanto como tertuliano, sus ansias de leer, su afán por viajar, su vocación por los mercadillos de antigüedades y su instinto por coleccionar todo. Porque Malo, Malísimo sería no reconocer que a Julio le gustaba todo, y de ese todo, lo que más, la vida.
Malo, además, sería que no se conociera que Julio fue un mecenas que ayudó y apoyó incondicionalmente a muchos personajes del mundo de la cultura, arquitectura, literatura, historia, arte, cuyos nombres obviaré, porque él consideraría una presunción hacerlo; dado el nivel de reconocimiento que éstos han adquirido con el tiempo.
En lo estrictamente personal, malo sería no reconocer su “arte especial y encanto personal para las relaciones”. Entre tanta mujer y tanto hijo, todas y todos mantienen entre sí unión y afinidad. En algunos casos, excelente, aunque siempre existe una excepción. “En todos los sacos siempre hay un garbanzo negro”. También sería malo no reconocer que quien pasó por su vida a nivel emocional no lo olvidó nunca.
Malo sería desconocer que carecía de falsa modestia. Él era consciente de sus valores y no los ocultaba, pero prefería que el reconocimiento viniera de otros. Un día el azar me hizo tropezar con un Malo malísimo. Muchos fueron los que me advirtieron de su condición, pero siempre fui rebelde. Con el tiempo comprobé que el Malo no lo era tanto. Malo sería que no reconociera que nunca fui más feliz que entonces. En virtud a todo lo que aportó a mi vida, y porque malo sería no hacerlo, me empeñé en esta recopilación de parte de su obra. Malo sería que no la leyeran todos los que le conocieron. Más Malo será que haya quien lo olvide y no esboce una sonrisa con su recuerdo… pero de esos habrá muy pocos.