Montiel de Arnáiz

Canino Soria

Una vez rechazado Mariano, volvemos a la casilla de salida como si nos hubieran comido la ficha y no el coco

Montiel de Arnáiz

Entre unas cosas y otras –la costumbre de trabajar– no he visto nada de los debates de investidura Rajoyanos. Sabía, claro está, que todo era un vulgar paripé, una opereta donde primaría más el postureo que la verdadera intención. De estas sesiones aburridísimas he conocido flashes inesperados: la retranca del presidente en funciones jugando a la contra, la dureza en la posición de Pedro Sánchez, la petición de perdón de Albert Rivera o los discursos absurdos y bufonescos de Rufián y algún otro que, como buen español, odia a España.

Una vez rechazado Mariano, volvemos a la casilla de salida como si nos hubieran comido la ficha y no el coco. Este bucle melancólico, que diría Juaristi, nos arrastra una y otra vez al precipicio de enfrentarnos a nuestros propios miedos y vicios electorales. Que el PP se preocupa o no por los españoles es algo que según el lado de la playa que se orille será indubitable o incierto, pero lo que no se puede negar es que los populares cuidan de los suyos: ejemplo, el exministro Soria, al que parece que le forzaron la dimisión (porque dimitió, ¿verdad?) a cambio de pasar a mejor vida en la banca... ¡Mundiala!, que suele exclamar mi querida Elena Etxegoyen, parlamentaria que fuera de un PNV distinto. Resulta increíble que alguien que cesó de ministro por tener patrimonios ocultos en paraísos fiscales y que encima mintió cuando fue preguntado por ellos sea premiado ahora, con alevosía y nocturnidad, con un carguete que ríete tú de las puertas giratorias usuales.

Tras las sesiones, Rivera escucha cantos de dimisión e Iglesias parece ir aprendiendo un pasito a pie y otro caminando, como dice la canción. Rajoy, la máquina de trotar, ha puesto en el tocata el ‘Camino Soria’ de Gabinete Caligari, y uno se para y piensa por qué lo anunció entonces y no antes o después. Un motivo debe de haber. Leo que el «Canino» Soria solo ganará, el pobre, 225.000euros/año a razón de 600euros/día, lo mínimo para ir pasando el bache: tú sabes, nos apretamos mientras tanto: nuestro momento llegará.

Y yo que creo que con estas pillerías inexplicables de los de la gaviota, al final los españoles van a poner a este PP antipático de Hernandos, Levys, Maíllos y Pujaltes mirando a Soria... o, ya puestos, a Cuenca.

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