Enrique Montiel
El candidato de Rajoy
¿Qué candidato socialista interesa a Rajoy? Sánchez y Díaz se echan la pelota el uno al otro, pero ustedes lo saben. Y yo también
La idea no es mía, la escuché en la radio. Decía un analista que el PSOE son dos PSOE: uno quiere ser Podemos y el otro no sabe lo que quiere. Puede que tuviera razón. Tras un recuento de avales interruptus, la vencedora del primer asalto parece haber sido la Presidenta andaluza, Susana Díaz, que dice (miente) estar contenta con sus 63.000 avalistas, sobre todo al tener a sólo 6.000 de distancia a Pedro Sánchez, cuya estrategia electoral parece ser la del espíritu de contradicción, diciéndole a los socialistas censados que han de votar en conciencia y no como se ha hecho siempre; por familias, terruños y aparatos.
Asiste al choque, con la misma cara de no enterarse de nada, el ex Lehendakari Patxi López, empecinado, quizás, en no ser postergado y/o jubilado. Sobre él pesa la sospecha ab initio: ¿Será la liebre de Susana Díaz, dicho sea en términos ciclísticos? ¿Venderá sus doce mil avales al mejor postor como si fuese un diputado canario cualquiera? Quizás por desenmascararlo cual Scaramouche, le ofreció ayer Sánchez a López una entente más cordiale que nunca en un acto electoral en la bella localidad gaditana de Alcalá de los Gazules, patria de Pizarros y Aídos, que, sin embargo, fue despreciada por el vasco con la ligereza de la mecha corta.
El problema del PSOE es un problema de España, también. Un socialismo débil corre peligro de ser superado por otras izquierdas rampantes. Claro que, bien mirado, la culpa de la actual situación del PSOE es responsabilidad exclusiva del propio PSOE, incapaz de reinventarse tras el felipismo y el GAL, ahogado por administraciones paralelas, escándalos públicos y los ERE, convulso por luchas intestinas que ríete tú de las del Triunvirato romano, y castigado por unos votantes que reniegan de un bipartidismo asociado con la corrupción y que se sienten más cómodos con un (viejo) modelo como el que presenta Pablo Iglesias.
Mientras, un zaherido PP aprieta ingles y vientres por si llega la semifinal de Champions, se va al garete la Venezuela de Maduro o ETA renace o muere por vigésimo octava vez. ¿Qué candidato socialista interesa a Rajoy? Sánchez y Díaz se echan la pelota el uno al otro, pero ustedes lo saben. Y yo también.
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