El camino que debe seguir la Bahía

La importancia del Centro de Fabricación Avanzada radica en su sentido. Está dirigido a cubrir la mayor necesidad del mercado laboral de la industria gaditana: la formación y la investigación. Cualquier persona dotada con algo de sentido común sabe que el gravísimo problema del desempleo en la provincia tiene raíces educativas e investigadoras.

Atacar a ese origen es un indiscutible acierto y el nuevo equipamiento en Puerto Real, entre Alestis y Delphi, de forma simbólica, parece atender de forma concreta esa demanda. Porque una enfermedad tan grave y duradera como la del mercado laboral gaditano tiene muchos orígenes y uno de los principales es una formación defectuosa . Nos faltan vanguardia, plusvalía, tecnología y preparación. Por ese camino debe crecer la competitividad. El otro es devaluar productos, mano de obra y precios pero por ese lado de la carrera siempre habrá otros lugares que nos superen.

Es necesario que se avance en dar con fórmulas que permita que los productos que salen de las naves gaditanas sean mejores, más rápidos, más fuertes, más atractivos. Para poder producirlos, necesitamos que los cursos de formación de operarios dejen de llegar tarde y mal. Resulta que no son útiles, que se quedan cortos para satisfacer la demanda de personal cualificado cuando llegan los encargos importantes. Tanto pedir carga de trabajo y cuando aparece no estamos listos. Esa historia podría aplicarse a otros muchos sectores de la economía gaditana.

Los astilleros sólo son un ejemplo. Constantemente se habla, desde sindicatos e instituciones, de la necesidad inexcusable de formar y reciclar al personal de la industria naval de la Bahía para afrontar los nuevos retos que se avecinan. Pero han pasado muchos años en la misma situación y la preparación no ha cogido el ritmo de la demanda, siempre va por detrás. La crisis dejó sin actividad a muchos trabajadores del sector que ahora necesitan ponerse al día, que deben familiarizarse con otras tecnologías.

Necesitamos impulsar esas nuevas tecnologías y, de forma paralela, que numerosos trabajadores, nuevos o reciclados, sean capaces de interpretarla, de ponerla en pie, de trabajar con ella. Ese nuevo Centro de Fabricación Avanzada es, por tanto, una luz de esperanza, la que marca el camino que debe seguir la Bahía.