A la calle

Llegó el tan esperado día. Podríamos decir: el día grande de todo el Carnaval. El día en que 15 gladiadores por última vez saltarán a la arena del gran coliseo gaditano tratando de alcanzar con las puntas de los dedos la ansiada corona de laurel que les haga durante todo un año ser los dioses del Olimpo del Carnaval. No será fácil porque la lucha es ardua, pero es mayor la ilusión por conseguirlo.

Hoy comienza una final más del Falla, que se apresura en ser una de las más dilatada y reñidas de los últimos años, pues no en vano la ampliación de cuatro agrupaciones por modalidad hará que estemos en vela hasta las mismas claras del amanecer de mañana sábado, cuando se escuche la tan odiada y deseada voz de «En la ciudad de Cádiz siendo…» para saber los vencedores de este Concurso, largo y lento para unos, corto y veloz para otros.

Un sábado que nos abre las puertas de la calle, un Carnaval más que hará las delicias por todos los rincones de esta vetusta ciudad y donde todos los agobios, pesadumbres, críticas, preocupaciones, tensiones y ensayos, sufridos durante casi un mes de Concurso dan paso a lo que realmente debe ser el Carnaval, al disfrute y a la bulla que todos los años por estas fechas (si puede ser un poquito más tarde que éste, mejor. Que aún tengo abierta una tableta de turrón en mi casa) nos llega. Ya se acabaron las penas ¡Que Cádiz vocifere a los cuatro vientos las coplas! «amo escuchá»; que rebosen de tangos las plazas, que ametrallen de cuplés las callejuelas del casco viejo, y que los pasodobles se dobleguen a los aplausos de los aficionados que a buen seguro querrán disfrutar de un Carnaval más en la calle.

Pero antes de todo esto relájense, olviden sus problemas, y dispónganse a disfrutar de una nueva Final de este Concurso, donde el menos pintado da lecciones de Carnaval. Que aprovechen.