La vuelta al trabajo

Este martes, los empleados de Alestis vieron lo que ya se olían. La empresa comunica un ERE que afecta a sus dos plantas en la Bahía de Cádiz: en El Puerto y Puerto Real. El desplome del sector aeronáutico (de casi todos los sectores en general) obliga a un reajuste que pone en jaque a 600 trabajadores.

Un duro golpe a otro de los pilares industriales de esta zona tan deprimida que lo tiene fiado casi todo al turismo, donde la caída empieza a acelerarse. La pérdida del turismo internacional ha restado casi un 40% de visitantes en julio, y los nacionales han sido los que han salvado la temporada. Más que salvar, han amortiguado el costalazo.

Los expertos ya advertían de la falsa sensación de normalidad que se ha experimentado tras el fin del estado de alarma y el confinamiento. Echando mano de la jerga futbolística, los Ertes han sido como ese pelotazo adelante, ese balón largo para despejar el peligro momentáneo. Muchos se confundieron al pensar que en mayo se vivía el fin cuando sólo se sufría el principio.

Una vez quemada la carta de los expedientes temporales, es conveniente ir detallando un plan desde el Gobierno para que la crisis económica no tenga un efecto incluso más devastador que la sanitaria. Primero sería interesante mantener un mismo mensaje y no cambiar en función del día o del interés, pasando de ‘pandemia superada’ al ‘estamos muy preocupados’ en cuestión de días. Y luego trazar una estrategia más allá del confinamiento y del ‘quédate en casa’ que, en comparación con otros países donde se ha sido menos restrictivo, tampoco parece la táctica idónea.

La vuelta al cole es la principal preocupación de los españoles en estos días, pero quizás no es más que la punta del iceberg. Bajo la superficie se oculta un problema mucho más profundo y lo preocupante es que los capitanes de este navío no quieren ni verlo. O simplemente que se han tomado vacaciones en verano.