La virtud de saber rectificar

El consejero de Sanidad y la Junta han tenido un gesto político infrecuente al pedir perdón y dar marcha atrás

Rectificar es de sabios y, en el caso de la política, de personas muy extrañas, por infrecuentes y humildes, ‘rara avis’ en ese mundo de ambiciones, vanidades y estrategias. Los capaces de aceptar las equivocaciones son muy difíciles de encontrar. Pocos son los dirigentes que ... admiten haber cometido un error y, tras pedir disculpas, disponerse a solucionarlo tal y como lo cometieron: en público. Algo así ha sucedido con la Junta de Andalucía durante los últimos días. Especialmente necesaria es esta actitud en los momentos de máxima tensión y premura que vivimos, en una etapa en la que todo parece cuestionado, revisado al menos. Con los niveles de contagio en números superiores a los del pasado invierno y la presión hospitalaria en cotas preocupantes, la Junta de Andalucía emitió una orden en la que se limitaban los descansos, las vacaciones y los días libres de los sanitarios. Lo hizo a toda prisa, como se tienen que tomar ahora todas las decisiones, y erró. Los profesionales que están en primera línea de lucha contra la pandemia se consideraron ignorados y atacados. Respondieron con movilizaciones que aún agravan más la tensión que sufren. Pero la Junta de Andalucía ha sabido rectificar. De hecho, la Consejería de Salud redactará una nueva orden para organizar las condiciones laborales de los sanitarios andaluces mientras dure la pandemia. Esta vez es una planificación acordada, dialogada, con los sindicatos del sector para evitar la sensación de que la emergencia que vivimos todos machaca sin piedad el conjunto de condiciones laborales de un sector esencial, estratégico y, según convenimos la mayoría de ciudadanos, heroico.

El consejero de Salud Jesús Aguirre ha sido el encargado de pedir perdón por el texto anterior y hace varias jornadas admitió en público que era muy mejorable, que se había cerrado sin el diálogo necesario, sin el rigor imprescindible. Resulta llamativo que todo un consejero, que la Junta de Andalucía, admita el paso en falso, la precipitación por más que tuviera la excusa irrebatible de la urgencia que precisa actuar en la mayor crisis que hemos conocido. Ahora se debate ya con todas las partes las nuevas condiciones, especiales, de trabajo entre los sanitarios, abocados a la lucha contra la pandemia y a la protección incesante de toda una ciudadanía amenazada.

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