Vertebrar la provincia para poder avanzar
Los municipios gaditanos más pequeños reclaman más servicios y lamentan que cada vez se les deja más de lado a la hora de instalar mejoras
Con los municipios más pequeños de nuestra provincia (con los pueblos, digámoslo sin complejos) sucede lo mismo que con muchas tiendas. Nos quejamos de que languidezcan, de que no se les preste atención... pero nadie hace nada por remediarlo. Pasado un tiempo, los mismos que ... nunca compraron en dicha tienda se lamentan de que haya tenido que echar el cierre. De la misma forma, muchos se preguntan por qué muchos municipios de la provincia no hacen sino perder población. Nuestros políticos, en campaña, dirán que hay que recuperar estos enclaves, potenciarlos, darles cariño... pero la realidad es que muchos de ellos siguen sometidos al olvido, tanto por parte de las instituciones públicas como de las privadas.
Los ayuntamientos con menos habitantes de la provincia se quejan, y con razón, de que las entidades bancarias han ido abandonando sus calles. El caso de San Martín del Tesorillo es representativo. Hace dos décadas, cuando ni siquiera eran un municipio independiente, tenían tres sucursales. Hoy, apenas queda una.
Caso aparte es el de las infraestructuras sanitarias y, especialmente, el del personal que las compone. Los alcaldes claman a las distintas administraciones para que incremente las plantillas, para que se añadan profesionales de guardia para evitar lo que termina siendo una triste rutina para los habitantes de la provincia de Cádiz más olvidada: el coger el coche para recibir atención. Si molesto es tener que emplear el transporte para poder desenvolverse en el día a día, peor es cuando hay que hacerlo con un problema de salud de por medio.
Y decimos lo de coger el coche porque a la falta de infraestructuras se une, según se quejan desde los municipios, las carencias en el transporte público, lo que dificulta aún más la vida a unos gaditanos condenados a ser de segunda.
Desde las administraciones públicas deben impulsarle políticas que palien esta carencia de servicios del ciudadano. Del mismo modo, debe pedirse a las entidades privadas que tengan una mayor sensibilidad con estos núcleos de población. No corramos el riesgo de que dentro de unos años tengamos que lamentar que, habitante a habitante, estos municipios han terminado desapareciendo.