Se vende estadio: ideología al mejor postor
Las declaraciones del alcalde de que no cierra la puerta a la venta del antiguo Carranza deja claro que, una vez cambiado el nombre, lo que suceda con el estadio no le preocupa
Los nombres son la gran obsesión de este equipo de Gobierno. La coalición de izquierdas que desde 2015 se asientan en el sillón de la Alcaldía está obsesionada con llevar su ideología extremista a calles, plazas, parques y jardines. Y también estadios. Sin importar el ... mantenimiento del que gocen esas calles, plazas, parques y jardines o lo que pase en las gradas y locales de esos estadios. Ayer se comprobó, una vez más, que la gran obsesión de la amalgama ideológica que rige la ciudad es la de reescribir la historia por encima del cuidado y mantenimiento del patrimonio gaditano. La placa de Pemán de la calle Isabel la Católica ya sufrió los rigores revanchistas de unas políticas que pueden tener como siguiente víctima el antiguo Estadio Ramón de Carranza, que puede dejar de ser municipal y pasar a manos privadas.
No deja de ser curioso que el adalid de lo público, el que a sí mismo se dibujó como un recuperador de lo que esa derecha invisible y malvada había ido privatizando, haya sugerido la posibilidad de vender el estadio. Y no deja de ser irritante que toda la pantomima realizada para el cambio de nombre, todo el esperpento de las propuestas y toda la engañifa de la elección fuera el paso previo a abrir un proceso que puede dar con que la ciudad pierda ese patrimonio que costó tanta inversión y esfuerzo. Recordar en este punto que el hotel del Carranza sigue vacío pese a que el olvidado David Navarro aseguraba que era inminente su venta sería tan irritante que vamos a optar por no mencionarlo.
La puntualización de que los terrenos seguirán teniendo uso deportivo suena a excusa ante el aluvión de críticas que se venía venir. ¿Qué pensarían los seguidores del señor González Santos si decidiera ceder un hospital público o un colegio público a una entidad privada para que hiciera negocio con él argumentando que el terreno seguiría teniendo un uso sanitario o educativo? Aunque viendo cómo funciona la ciudad, seguramente aplaudirían la ocurrencia y esperarían, ansiosos, la siguiente incoherencia del alcalde.
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