El Apunte
Los vecinos antes que las siglas
Ayuntamientos de distinto signo político se alían para pedir el protagonismo que les corresponde en el reparto de miles de millones en ayudas
En tiempos de polarización política, de una radicalidad de los discursos que recuerda a épocas vividas hace más de 70 años , resultan reconfortantes los acuerdos, los entendimientos que tratan de buscar beneficios para los ciudadanos por encima de las cuitas de las administraciones ... públicas. Es el caso del pacto alcanzado por los alcaldes de Cádiz, Girona, Lleida, Madrid, Reus, Santa Cruz de Tenerife, Torrelavega, Pamplona, Valencia y Zaragoza. Todos, a pesar de sus profundas diferencias ideológicas, de partidos e intereses, se unen para solicitar a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, un encuentro urgente para analizar y revisar las imprescindibles ayudas económicas directas que necesitan las administraciones municipales pero que regula el Gobierno. El objetivo esencial es acordar, consensuar con las necesidades reales y locales, un nuevo sistema de financiación de las entidades locales.
La clave, absolutamente esencial y capital para sobrevivir en los próximos años, es definir el acceso a la financiación europea de los ayuntamientos respecto a los fondos asignados a España . Estamos hablando, nada menos, que de los famosos 140.000 millones de euros que serán imprescindibles para afrontar la dura recuperación económica que nos espera, ojalá, desde el próximo verano. En el peor de los casos, no descartable, empezaría a final de año, incluso a partir de 2022. Todos esos alcaldes, cada uno de su padre político y de su madre geográfica, coinciden en solicitar al Gobierno la aprobación «urgente» de un Fondo de Reconstrucción Local que cuente al menos con 4.000 millones de euros, además de un Fondo del Transporte que tenga, como poco, mil millones añadidos. Se ha repetido hasta convertirlo en tópico, por real, que los ayuntamientos son la primera línea administrativa en soportar toda la presión de los ciudadanos, en prestar la ayuda directa y recibir sus solicitudes de auxilio. No tendría lógica que en una situación tan compleja como la actual, el Gobierno se resistiera a otorgar el papel que corresponde al municipalismo. De nada vale proclamar un gasto enorme en ayudas si no se hacen llegar en tiempo y forma, por la vía adecuada. Y una de las mejores son los ayuntamientos. De nada sirve declararse el más social si el rescate de los más vulnerables no se hace por uno de los mejores caminos posibles.