EL APUNTE

El valor de esta tierra

Son muchos los gaditanos, referentes, que cada día demuestran su talento, compromiso y profesionalidad

La Universidad de Cádiz estudia los perfiles del astronauta ideal para misiones de larga duración en viajes a la Luna o Marte, gracias al equipo que dirige Gabriel González de la Torre y que coloca a la UCA en un lugar de privilegio en el ... apartado de la neuropsicología. El gaditano Ángel Luis Fernández elabora cada día el plan de la UME (Unidad Militar de Emergencias) para minimizar los daños de la erupción del volcán de La Palma, en una lucha desigual contra la naturaleza. El joven linense Julián Fernández ha creado una empresa que ofrece conexión a internet en cualquier parte del mundo con una red de 80 satélites

Son tres de tantos rostros anónimos, de ciudadanos de Cádiz que son pioneros en sus respectivos campos de investigación y realizan un trabajo esencial para mejorar la vida de miles de personas. Esfuerzos poco recompensados a nviel público, labores en la sombra. No suelen arrogarse méritos ni piden condecoraciones pero reconocen que no les produce mayor orgullo que llevar el nombre de su tierra y presumir de ella allá donde van. La mayor emoción radica en el reconocimiento de sus vecinos.

Es menester de los medios, obligación incluso, ensalzar estas figuras. Y es más necesario en esta época en la que el valor de una persona o un comentario se mide en ‘likes’, ‘retuits’ y ‘compartidos’. La laxitud en determinados conceptos, la invisibilidad de fronteras a causa del relativismo exacerbado provoca que los jóvenes no encuentren referentes que marquen su camino o, lo que es peor, se fijen en espejos que son el reflejo dañiño para el buen desarrollo personal y profesional.

No sólo Gabriel, Ángel o Julián. También Federico, Alejandro, Mirian, Javier, Ana, Diego, José Pedro, Quique, Deborah... son la brújula perfecta para encontrar el norte entre tanta oscuridad.

La marca Cádiz posee una potencia innegable a nivel turístico y se identifica con buen clima, playa, gastronomía y diversión. Pero a nivel social está tristemente devaluada, en gran parte por los tópicos injustamente adjudicados desde el exterior y en otra por estereotipos proyectados por nosotros mismos por buscar esa aceptación propia del acomplejado. Miseria, paro, precariedad, drogas, dinero negro... por no hablar de indolencia y desidia. Pero Cádiz, su gente, es mucho más que eso. Es una tierra castigada que tambien ofrece oportunidades y que en muchas ocasiones debería ser ambiciosa y aspirar a algo más que la mediocridad. Talento, inteligencia y profesionalidad hay. Y ‘pa’ muestra, este botón.

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