Unos PERTE que huelen a humo electoral
La llegada de la ministra de Industria con buenas palabras pero sin planes claros para los próximos meses no genera tranquilidad en el sector del metal
En la provincia de Cádiz, la defensa del empleo es un tema muy serio. No hace falta hacer grandes ejercicios de memoria sobre las cargas y las barricadas que se produjeron por la reconversión de astilleros en los años 80 y 90. Hace apenas unos ... meses, los trabajadores del metal se echaron a la calle para defender el futuro industrial de la Bahía. El obrero gaditano no está para bromas ni para ventas de humo en este sentido. La miríada de proyectos incumplidos en la última década lo han hecho lógicamente desconfiado. Lo mismo sucede con los empresarios, más acostumbrados a oír que se van a realizar inversiones que a beneficiarse de ellas.
Es por eso que no generó excesiva confianza la visita ayer de la ministra de Industria, Reyes Maroto, a la Bahía de Cádiz, encuadrada más en una campaña electoral a la desesperada del Partido Socialista que en un acto oficial al uso. Como en una película de los hermanos Marx, la ministra fue desgranando los distintos PERTE que podrían desarrollarse en la provincia. Si los imprevisibles Groucho y Chico hablaban durante minutos de la parte contratante para hacer rimbombante un contrato que no significaba nada, la ministra desgranó ayer unos proyectos estratégicos llamados PERTE que no son más que declaraciones de buenas intenciones. Buenas intenciones «con gran capacidad de arrastre par el crecimiento económico, el empleo y la competitividad» y que podrían afectar al desarrollo de coches eléctricos, a la salud de vanguardia, a las renovables, al sector aeroespacial... y casi a cualquier cosa en la que uno imagine que pueda haber beneficios. Pero como en ese contrato de los Marx (nos referimos a los hermanos, claro) no había nada concreto. Ni se han anunciado obras inminentes, ni se ha hablado de inversiones a corto, medio o largo plazo en la provincia. Sólo palabras, palabras, palabras. Hasta la compañera de partido de Maroto, Elena Amaya, ha tenido que pedirle más concreción ante tanto discurso vacío. El viento en la provincia puede aprovecharse para muchas cosas en economía, pero no para llevarse las promesas.
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