Los uniformes: mal y síntoma en el Ayuntamiento

La falta de ropa para los trabajadores municipales es otra prueba de la incapacidad de gestión en el día a día del equipo de Adelante Cádiz

En medicina se suele repetir que la fiebre no es un mal, sino un síntoma de que algo no va bien. En el caso del Ayuntamiento de Cádiz, se puede concluir que la falta de uniformes para los conserjes y para el personal de Deportes ... es ambas cosas. Es un mal en sí mismo, ya que impide a los trabajadores realizar su trabajo de la manera en que deberían y, por otra, es un síntoma de la incapacidad manifiesta de la coalición que gobierna el Ayuntamiento de Cádiz para gestionar cualquier asunto, desde lo cotidiano hasta lo trascendente. Utilizando el símil del propio vestuario, se puede decir que cualquier problema, a Kichi y a su equipo, le viene grande.

Puede parecer un tema menor, pero resulta inconcebible que en una ciudad como Cádiz, capital de provincia y que aspira, como municipio turístico, a vivir de su imagen, los conserjes municipales tengan que vestir con su ropa particular por la falta de uniformes. Supone una falta de respeto para el ciudadano que cumple con sus obligaciones tributarias el acudir a un lugar como el Ayuntamiento y no poder distinguir a los trabajadores municipales porque, sencillamente, no tienen su ropa reglamentaria. No es un problema nuevo, según denuncian los sindicatos, ya que desde verano de 2019 el Ayuntamiento no habría facilitado su ropa de trabajo a conserjes, subalternos, auxiliares de servicios generales y personal de Deportes. Quienes hicieron campaña con la idea de dignificar a las plantillas que realizaban labores para el Ayuntamiento los han dejado sin ropa. La situación demuestra, una vez más que el emperador va desnudo.

Por encima de esta nueva situación –en vías de solución, como aseguran que sucede con cada problema municipal–, a los ciudadanos de la capital nos queda la sensación de que el desgobierno en Cádiz es total, tal y como denuncian los partidos de la oposición con independencia de lo que luego voten en los plenos. Ya sea por la errática gestión interna (con el conflicto con las limpiadoras, con el enfrentamiento abierto con la Policía Local o ahora con la carencia de uniformes) o por la falta de iniciativas de calado en la capital (más allá de la asunción como propias de iniciativas de otras administraciones, como el carril bici o la llegada de fondos Edusi) se certifica que la ciudad necesita un cambio en su manera de entender el Gobierno. Al equipo municipal, con cada nueva situación, se le notan más las costuras.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios