Unidad necesaria, nos jugamos todo
Partido Popular y Partido Socialista escenificaron ayer una muestra de acercamiento imprescindible en estos días de incertidumbre
Cuando el barco empieza a zozobrar es necesario, imprescindible, que todos acudan a achicar agua como una sola persona, que no haya discusiones estériles sobre cómo llevar el timón y, sobre todo, que quienes estén en estribor no anden a la gresca con quienes están ... a babor. En estos tiempos procelosos, donde la incertidumbre es la única seguridad de futuro, es necesario que los grupos políticos abandonen las discusiones estériles, los palos en las ruedas y la gresca sobreactuada y que se remanguen para que todos salgamos cuanto antes de esta situación tan complicada en la que el coronavirus y sus consecuencias económicas nos han conducido.
Las grandes representantes en la provincia del Partido Socialista y del Partido Popular, Irene García y Ana Mestre se sentaron ayer y escenificaron lo que debería ser la norma fundamental: la intención de trabajar unidas por el empleo. El talante de las mujeres es el de dos políticas defensoras de los intereses de sus partidos (no en balde, son la secretaria general del PSOE y la presidenta provincial del PP) pero, también, el de dos gaditanas con una sincera vocación de servicio público (ocupan la presidencia de la Diputación y la Delegación del Gobierno de la Junta), lo que da cierta esperanza sobre la continuidad de esta propuesta.
De momento, el compromiso alcanzado por García y Mestre es el de centrarse en el sector laboral. La industria y el turismo han sufrido un varapalo que precisa de unidad de desvelos para lograr la recuperación. Obstaculizarse o sembrar dudas en este contexto no sería lo más prudente, con independencia del sano debate político que debe estar presente en la gestión de lo público.
No obstante, no se nos escapa que intentos parecidos de lograr esa cierta cordialidad entre las dos grandes formaciones de la política en la provincia ya se trataron de alcanzar en fechas no demasiado pasadas. Y mucho menos se nos olvida que el compromiso de mantener la lealtad y el espíritu de colaboración se rompió mucho antes de que se secara la tinta del documento que los representantes del PP y del PSOE firmaron. Esperemos que sea algo del pasado, como el ir por la calle sin mascarilla y el no saber cómo será el mundo en unos días.