Unas calles para tapar las carencias en el gobierno
Kichi y Vila hicieron un aparente alto en sus trifulcas para hacer lo que mejor saben: un acto de propaganda a costa del nomenclátor gaditano
![La Voz de Cádiz: Unas calles para tapar las carencias en el gobierno](https://s1.abcstatics.com/media/opinion/2022/03/10/v/avenida-carranza-kT1G--1248x698@abc.jpg)
Vaya por delante una aclaración. Beatriz Cienfuegos y las hermanas Carvia Bernal merecían, de largo, aparecer en el nomenclátor de la ciudad. Aquélla, aunque no se sepa quién era, pues Beatriz Cienfuegos era un pseudónimo, representa por primera vez una reivindicación del periodismo en femenino ... y de la libertad de la mujer para pensar lo que se le antojara. Igual mérito corresponde a las hermanas Carvia Bernal, nacidas en el entorno del Mentidero y que fueron unas firmes defensoras del sufragio femenino. Por eso es especialmente doloroso que la coalición del Gobierno municipal utilice sus nombres para su cruzada de rescribir la historia, sustituyendo los rótulos de la avenida José León de Carranza y del Marqués de Comillas amparándose en el homenaje a sus figuras.
En el acto de ayer, el Ayuntamiento hizo lo que mejor sabe: propaganda ideológica. Fue curioso ver cómo Kichi y Martín Vila, tan a la gresca en las últimas semanas, aparcaban sus diferencias para dejarse ver cambiando el nombre a la ciudad, rescribiendo un poco más Cádiz para solaz de sus ideología. A fin de cuentas, es lo que mejor saben hacer, cuando no lo único. La ciudad atraviesa una situación de parón crítico en todos los aspectos y ellos se entretienen en su particular monopoly comunista.
Porque cambiar el nombre de calles, plazas, teatros y estadios de fútbol sería un entretenimiento entendible si fuera lo último que se hiciera en la ciudad, si no quedaran asuntos pendientes. Pero el conflicto de la Policía Local sigue sin resolverse, los trabajadores de la basura han dado sólo una tregua, el servicio de transporte urbano es de vergüenza, el aparcamiento se ha convertido en un drama y la ciudad sigue perdiendo habitantes. Incluso los municipios del entorno, como San Fernando, han sabido aprovechar los fondos llegados por la crisis para implantar mejoras en la ciudad,mientras la Tacita contempla cómo se van marchando las oportunidades. Ineficacia política y maestría ideológica se han unido en una capital que, aunque la quieran cambiar de nombre, sigue languideciendo.