La triste fuga del talento
El 80% de los nuevos enfermeros formados en Cádiz se fueron a trabajar fuera. Ahora hacen falta y no están
El entorno, el paisaje, lo marcan todo. No sólo en cuanto a la forma de vida, también para el desarrollo de la carrera laboral de cualquiera de los habitantes. Ese desempeño profesional, en cualquier oficio, termina por influir de forma fundamental en la formación. Los ... jóvenes crecen escuchando, viendo. Los oficios en los que hay más o menos oportunidades, las vocaciones junto a las opciones. Aquello de que si hay salidas o no. Al final, cuando varias generaciones se educan en la creencia de que su tierra les cierra todas las puertas, el instinto es marcharse. La tentación y la necesidad. No es un problema de Cádiz, de la provincia, ni de Andalucía. Sucede en distinta medida en territorios de todo el mundo, en países enteros, en continentes. En distintas etapas, ha sucedido en naciones que ahora parecen ricas y prósperas, en comunidades que ahora son las de mayor renta. La capital gaditana, toda su Bahía, al menos, lleva demasiados años en esa situación. La relación de la provincia de Cádiz con el desempleo es tan larga que tiene notables efectos psicológicos entre sus habitantes. Algunos estudiosos, expertos y profesores llevan muchos años denunciando que «los mejor formados se van» o «se van los que mejor van a formarse», que esta parte de España sufre una clara fuga de talento, de capacidad y de juventud. En muchos de los casos, esos que se marchan para prepararse, para buscar la excelencia profesional, no vuelven porque lo natural es crear un proyecto de vida allí donde está la forma de ganársela. Son demasiados recuentos del paro, demasiadas encuestas de población activa (EPA) en las que Cádiz ocupa el triste honor de subirse al podio del paro de Europa y de España.
Cuando muchas promociones, en todos los niveles educativos y todos los estratos sociales, han crecido en ese paisaje, pueden darse situaciones como la conocida con esta pandemia. El 80% de los enfermeros formados en Cádiz se marcharon a trabajar fuera de la provincia. Son casi 750 de poco más de 900. Una cifra terrible. Ahora que necesitamos, como a salvadores, a profesionales sanitarios bien formados resulta que, claro, no están. Desde hace 40 años, los gaditanos, los andaluces, no hemos sabido mejorar el entorno social, el mercado laboral, el sistema formativo para que esos jóvenes pudieran quedarse en su tierra como deseaban. Al menos, en mayor porcentaje. Siquiera la mitad.
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