El Apunte
Un tramo final de año esencial para soñar
Pocas oportunidades mejores va a tener la provincia que la salida de la pandemia, con los fondos de rescate, para explotar de una vez todo su potencial
La provincia afronta el último tercio del año I de la recuperación con retos inaplazables. En una coyuntura desconocida, tras una epidemia global sin precedentes en un siglo, este territorio periférico pero estratégico, prometedor pero eternamente frustrado, tiene ante sí unos desafíos que son más ... trascendentales que nunca. Resulta difícil pensar en una ocasión mejor para una recuperación mil veces aplazada en esta tierra. La política portuaria, con Algeciras, Cádiz y Zona Franca como ejes, debe ser una de las principales vías de revitalización. El tráfico marítimo ya crece y sus expectativas para consolidar la actividad prepandemia son inmejorables. Con las grandes amenazas del desempleo y de la brutal subida de suministros básicos (electricidad, combustible...), la Bahía de Cádiz, al igual que la provincia, está en la obligación de explotar toda su capacidad de forma unida, conjunta. El turismo se ha revelado como un salvavidas resistente gracias al cliente nacional y la industria, salvo por la decepción aeronáutica, parece aguantar a la espera de los nuevos encargos con el transporte y la logística como grandes apuestas pujantes. Tampoco hay que olvidar el protagonismo de un sector primario (agricultura y pesca) que reivindicaron su papel esencial en lo peor del confinamiento. Ahora deben recibir el aprecio que merecen.
En suma, la mayor esperanza está en la diversidad, que es su mayor riqueza, en unir el potencial de sus distintos territorios. Ilusiona pensar qué resultaría de conectar la capacidad de los fondos de rescate europeos con el poder estratégico del Campo de Gibraltar (la mejora de su conexión ferroviaria es inaplazable), con la capacidad de consumo de la densa y poblada comarca alrededor de la capital o el histórico potencial agroalimentario de Campiña, Sierra, La Janda y Costa Noroeste. Cada pacto, cada acuerdo, cada reunión de cada día tiene que acercar esa colaboración entre potencialidades, esa unión entre sinergias no ya de las administraciones, también de territorios, profesionales, empresas, trabajadores y ciudadanos. Y tiene que ser ahora, en este curso que nace, en estos meses. Porque ahora y el presente siempre son los mejores momentos
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