Trabajo por encima de la confrontación

La delegada del gobierno de la Junta, Ana Mestre, deja la presidencia provincial del PP sin enfrentamientos y centrada en la gestión

Muchas veces es bueno tener un vecino para saber si lo que estamos haciendo está bien o no, si estamos errando si vamos por el camino correcto. Las comparaciones suelen ser odiosas, pero sin unos patrones no puede hacerse un traje. La comparación entre las ... transiciones de poder que se están viviendo en el Partido Socialista y el Popular resultan muy elocuentes sobre cómo cada cual pone sus prioridades en un lugar y en otro. Cierto es que el caso no es el mismo, que en uno hablamos de una secretaría autonómica que abriría la puerta a una candidatura en la Junta y, en el otro, a un cargo orgánico dentro del partido, pero sí da pistas sobre cómo unos y otros han afrontado esta situación.

Guerras civiles hay en todos los partidos y, en ellas, rara vez se hacen prisioneros. Pero mientras que en el caso del PSOE estamos viendo cómo los alcaldes emplean visitas institucionales para hacer campaña y cómo se generan extrañas batallas entre la Diputación y determinados ayuntamientos por un apóyame aquí a este candidato, en el PP se ha optado por la concordia. Pese a que en la entrevista que publicamos hoy Mestre no disimula que hubiera preferido seguir en el cargo, no ataca a su sucesor ni arremete contra su partido.

Más bien, se centra en lo importante para un cargo público: las soluciones que se aportan a la ciudadanía, para las que no hace falta ni hacer ruido ni, como en el anterior caso, buscar la polémica. Y como el movimiento se demuestra andando, Mestre indica que la Junta está trabajando tanto en el desarrollo de la Ciudad de la Justicia (cuyos informes recibió de un belicoso Ayuntamiento hace apenas dos meses) como en el desarrollo de un segundo hospital que no se quiere dar por perdido (con una reunión, mañana mismo, con el Consorcio de Zona Franca, gestionado por el mismo partido que prometió poner todo su empeño para edificar esta infraestructura).

El ambiente político se ha ido cebando de una crispación inasumible que afecta a rivales e, incluso, a compañeros de partido (las continuas escisiones de lo que fue Podemos es una clara muestra de esto). Se agradece encontrar políticos que rehuyen del ruido y que anteponen el interés colectivo a las ambiciones personales.

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