Las torpezas que agravan los atascos crónicos
Errores y retrasos en la gestión municipal complican circulación y aparcamiento hasta límites desconocidos
Por un lado está la física y, por otro, la adaptación de los humanos a sus normas inviolables. Que Cádiz es una ciudad pequeña, sin margen de expansión ni periferia en la que apoyarse, es conocido e inevitable. Qué medidas se tomen para paliar esas ... obligadas servidumbres geográficas es la cuestión. Circular y aparcar alrededor del centro de Cádiz siempre ha sido tarea difícil. Cuesta discutirlo pero también hay pocos argumentos para negar que la misión cotidiana se ha complicado como nunca este verano. La invasión de turismo nacional, que utiliza más el coche, más la torpeza crónica del Ayuntamiento y la Delegación de Movilidad (¿?) han propiciado un empeoramiento palpable a diario. La tarea de encontrar estacionamiento es especialmente compleja en estos meses de, esperada y feliz, alta temporada turística. Las dimensiones de la capital gaditana y el peculiar perfil urbanístico de la comarca, con grandes poblaciones separadas por pocos kilómetros, más las carencias en el transporte público (vetustos servicios de autobuses urbanos y pésimas sus frecuencias) hacen que la mayoría de la población tienda a moverse en vehículos privados para las gestiones diarias. Si a eso sumamos los visitantes veraniegos que afortunadamente baten récords en este 2021, la tormenta perfecta de nervios y cláxones está servida. Para ello, el aparcamiento regulado, el estacionamiento gratis en superficie y los grandes solares de parking juegan un papel fundamental.
El Ayuntamiento ha disparado la primera opción sin aumentar las otras dos. El resultado es que las colas para entrar en los subterráneos –nada económicos– son constantes. Para colmo, torpezas y retrasos en infraestructuras complican una situación que puede espantar a clientes de comercio y hostelería, incluso a esos turistas que este verano descubren la ciudad. El Ayuntamiento ha creado un tapón, caprichoso, al cerrar Veedor y hacer coincidir a los que quieren entrar en el aparcamiento de San Antonio con los que se dirigen a la calle Zaragoza. Pero el mayor desastre es el del eje carretera industrial-Canalejas y en la conexión plaza de la Constitución-Campo del Sur. No tiene más causa que el retraso en la reurbanización –seis años ya– de las vías que conectan la parte vieja de la ciudad con el nuevo puente. Ni la avenida de Astilleros ni la de Huelva están aún terminadas, capacitadas, para asimilar el tráfico que les llega con lo que crean embudos en esos puntos clave. Ahora acaban de empezar las obras... Para finales de la década deben de estar.
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