Tormenta aeronáutica
Los 44 empleos que, por ahora, pierde la Bahía son fruto de un complejo conflicto internacional
El drama del paro volvió a golpear ayer a demasiadas familias en la Bahía de Cádiz . Justo en el día en el que se conocían los datos generales de las oficinas de desempleo –no del todo negativos–, se daba forma al recorte de ... puestos de trabajo en Airbus , fruto de la crisis aeronáutica desatada por el hundimiento de los encargos de Boeing. Esta vez, en forma de ajuste que afectará a 44 trabajadores de las plantas que la empresa tiene en Cádiz. No por esperado, este nuevo revés es menos preocupante, pues viene a demostrar que la provincia sigue sin tocar fondo en cuanto a destrucción de empleo industrial se refiere con el alivio, la excepción, de Navantia en estos últimos meses y años. El caso de Airbus es especialmente grave, ya que se trata de una compañía que desde hace unos años y merced al impulso de diversas instituciones, pretendía convertirse en uno de los grandes referentes del tejido industrial gaditano, probablemente solo por detrás del mencionado, y más tradicional, sector naval. Sin embargo, la crisis específica de Boeing le ha cogido de pleno –y puede que sólo sea el principio– con la consecuencia directa en la Bahía de 44 despidos. Si se toma el conflicto a escala nacional, resultan más de 550 los puestos de trabajo perdidos.
El presidente del comité de empresa del Centro Bahía de Cádiz (CBC) mostraba ayer una gran inquietud porque es consciente, como todas las plantillas en España, de que la crisis del Boeing 737 MAX «puede agravase». Y es que en el centro portuense del CBC se producen los recubrimientos de los motores de esos aviones que cada vez se encargan menos debido a los trágicos accidentes que han sufrido varios aparatos en los últimos años y al clima de desconfianza que esa circunstancia ha producido entre potenciales compradores. Los representantes de los trabajadores se conjuraban ayer para «forzar a las administraciones para que tengan más participación en el Grupo Airbus» pero las cuentas públicas difícilmente pueden corregir las fracturas del mercado internacional. Quedan los programas ligados al Ministerio de Defensa y proyectos espaciales pero, con o sin coronavirus, tampoco pasan por su mejor momento comercial. La única esperanza para paliar el golpe es redistribuir la menguante carga de trabajo hasta que todas las tormentas se suavicen.