El temido efecto arrastre
La crisis de Airbus pone en jaque a la industria auxiliar aeronáutica por su dependencia casi exclusiva
La Bahía de Cádiz cuenta con dos grandes empresas tractoras, por un lado, los astilleros de Navantia y, por otro, Airbus. ambas han logrado que a su alrededor florezca una potente industria auxiliar que vive de las subcontratas.Sin embargo, la dependencia de ... las pequeñas empresas de las grandes es contraproducente en época de vacas flacas. El bache que pasó Navantia entre 2011 y 2014 pasó factura a su industria auxiliar. La ausencia de carga de trabajo en las plantas de PuertoReal y San Fernando obligó a las pymes del sector naval a reiventarse y a salir al exterior a buscar contratos. Así nació el Clúster Naval de Cádiz. La firma de los cuatro petroleros de la serie Suezmax resucitó a unos astilleros que estaban tocados de muerte, lo que provocó la resurrección también de las subcontratas. Una situación muy similar vive ahora la industria aeronáutica con la crisis puntual de Airbus. No hay que olvidar que el gigante europeo de la aviación ha tenido un déficit en su línea de negocio de Defence&Space, pero ha salvado los muebles en la línea comercial de aviación civil. Este descuadre de las cuentas es lo que ha llevado a aplicar una severa medida que afecta al empleo.
El sobrecoste del avión de transporte militar A400M, que se ensambla en la factoría sevillana de San Pablo, y las dificultades que tiene el consorcio para su venta, amén de la baja demanda ahora del avión militar C295, han generado un agujero en la cuenta de resultados de esta división de negocio superior a los mil millones de euros. Airbus se ha caracterizado en los últimos años por ejecutar planes de reestructuración muy severos, de hecho, en 2007, cuando la compañía estaba en la cresta de la ola, puso en marcha el denominado ‘Power 8’, un ambicioso plan internacional que se llevó por delante a 10.000 empleos en la compañía en cuatro años para amortiguar la crisis que se venía encima a nivel mundial. Los expertos aseguran que gracias a este plan, Airbus sorteó con solvencia la crisis financiera que azotó al planeta. Ahora Airbus ha puesto sobre la mesa 2.300 despidos para afrontar la crisis de su línea de Defensa, pero el problema no está en Airbus sino en su industria auxiliar. El gigante de la aviación tiene recursos suficientes para afrontar un plan de estas características, pero la industria auxiliar que le rodea es incapaz de hacer frente a las consecuencias de estos planes. No olvidemos que Airbus baja la producción y es lo que en términos económicos se denomina el efecto arrastre o efecto contagio.
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