Una solución para Europa

La propuesta del fondo común cicatriza, de algún modo y en plena desgracia, la herida del Brexit

El Consejo Europeo del pasado 23 de abril aprobó escuetamente la formación de un fondo europeo de reconstrucción capaz de atacar los estragos ocasionados por el coronavirus en todos los países infectados. Y encargó al Eurogrupo formular una propuesta. En aquella ocasión, Sánchez ... llevaba en las alforjas la idea de un ‘Plan Marshall’ para reconstruir lo devastado, que sería financiado con deuda perpetua a un tipo de interés muy bajo. La alternativa que se barajó entonces es que la cantidad destinada a aquel fin se endosara a los presupuestos de la UE, aunque la Unión tuviera que endeudarse, se entiende que colectivamente. La Comisión Europea no llegó a pasar sin embargo de las vaguedades en sus declaraciones afirmativas.

El intríngulis de la cuestión era, en definitiva, el interés de los países europeos más afectados por la pandemia –España, Italia y Francia– por no ver incrementado su déficit, algo que ocurriría si en lugar de subsidios recibían créditos. Como es sabido, ya se habían descartado los eurobonos porque los Países Bajos, secundados por Alemania y otros estados centroeuropeos, se negaban radicalmente a la mutualización de la deuda.

No había habido más noticias sobre el particular –pese a lo urgente que es comenzar a restañar heridas– hasta que el pasado lunes la canciller Merkel y el presidente Macron mantuvieron una reunión virtual en la que acordaron un plan de cuatro puntos, uno de los cuales era el fondo de reconstrucción para la solidaridad y el crecimiento. Los otros tres pilares eran estrategia sanitaria (que incluye la creación de reservas estratégicas europeas de material, así como la coordinación de las licitaciones par adquirir vacunas y medicamentos), aceleración de la transición ecológica y digital y fortalecimiento de la capacidad y la soberanía industrial europea.

Según explicó posteriormente Macron a la prensa, el fondo, los 500.000 millones de euros que serán lanzados a los mercados «en nombre de la UE» [.], «tienen vocación de ser reembolsados» a través de fondos comunitarios y no de los países individuales, para lo que habrá que trabajar en un «calendario y modalidades». Más adelante, el líder francés especificó que tales recursos «no serán reembolsados por los beneficiarios de esos fondos», que irán destinados a «los sectores más dañados en las regiones más afectadas» por la crisis.

El eje francoalemán ha resucitado, en fin, tras la convulsión producida en el ámbito europeo por el Brexit. Para alivio de la liviana presidenta de la Comisión, Úrsula Von der Leyen, que el próximo día 27 podrá presentar un proyecto de fondo.

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