El sinsentido que no para de crecer
La propuesta del Ayuntamiento de trasladar el festivo local introduce un elemento más de caos en el despropósito de los dos carnavales de 2022
Confusión y más confusión. El Ayuntamiento de Cádiz ha convertido la organización del Carnaval 2022 en una chirigota mala, con ripios manidos y un tipo de difícil interpretación. Con el paso de los días y las semanas, parece confirmarse lo que se temía desde todos ... los sectores: el próximo año habrá dos carnavales, en una mitosis surrealista que divide en lugar de sumar. Con romanceros y carnaval callejero en una fecha y Concurso Oficial en otra, todo tendrá un sabor descafeinado constante y lo que debería ser el gran reencuentro de Cádiz con su fiesta mayor quedará, como mucho, en un premio de consolación.
Uno de los incontables problemas en los que el equipo que comanda González Santos parecía no haber reparado es el del festivo local que se ha acomodo en el lunes de coros o de resaca, en función de lo jaranero que fuera el disfrutante. Para el carnaval del próximo año, ese día debería ser el martes del Carnaval, ya que el tradicional lunes ya está ocupado por el Día de Andalucía. Esta elección hubiera permitido a quienes gozan del carnaval callejero poder tener un largo fin de semana para revivir el verbo gamberro de las ilegales y el cartón canalla de los romanceros.
Pero, de nuevo, el Ayuntamiento ha dejado claro qué tipo de Carnaval es el que quiere promocionar, privilegiando un Concurso que le es amable sobre una calle que no puede controlar y trasladando ese festivo local a junio, en lo que supone una muesca más en su larga lista de despropósitos. Sin embargo, se encontrará con el escollo de la oposición cuando quiera aprobar, en el Pleno, este arbitrario cambio de fechas. El resto de grupos del arco municipal ya le han dicho a los representantes de la coalición de izquierdas que no piensan apoyar esa mudanza de libranzas, en la misma línea de lo que ya le dijeron desde las instituciones educativas.
Una vez más, el equipo de Gobierno se queda solo en su intento de configurar la ciudad, las fiestas y hasta el calendario a su antojo pese al rechazo generalizado de la sociedad y del resto de grupos municipales. Y otra vez más, como ha sucedido con temas que van desde los aparcamientos hasta el nomenclátor, el Consistorio olvida que gobierna para todos los gaditanos para centrarse, constante y peligrosamente, en una errática hoja de ruta que no conduce a ningún lugar.
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