El Apunte
Sin hogar y sin ayuntamiento
El Gobierno local es incapaz de reaccionar con celeridad para alojar a los sintecho incluso en las peores noches
Resulta inexplicable que ante uno de los temporales más duros vividos en la ciudad de Cádiz desde marzo de 2018, algunos de los distintos espacios disponibles de la ciudad no se hayan convertido en los últimos días en el hogar de personas cuyo único techo ... es el cielo, tan peligroso en estas horas. Es un error de gestión imperdonable en unos dirigentes que se han dado golpes de pecho en numerosas ocasiones, rasgándose las vestiduras por la persistencia de las personas sin hogar o que hicieron bandera electoral de este problema (universal, complejo y antiguo) con tal de arañar algunos votos. Una vez en el Gobierno, local y nacional, resulta que las soluciones no están. Ni el centro de baja exigencia está disponible ni hay agilidad para sacar de las calles encharcadas a los más débiles en jornadas, y noches, que amenazan con inundaciones y tormentas.
Desde las asociaciones y entidades que prestan de forma altruista su ayuda a estas personas sin hogar ofreciéndoles comida, productos de higiene o simplemente escuchándoles, han saltado las voces de alarma al considerar que Cádiz abandona en el peor momento a estos seres humanos que tienen la calle como único hogar. Reclaman soluciones inmediatas al equipo de Gobierno de Adelante Cádiz, el mismo que prometiera durante la campaña electoral de las Elecciones Municipales de 2015 la erradicación del ‘sinhogarismo’. Era una de sus banderas aunque, tras un lustro con el bastón de mando, se ha demostrado que -como en otros muchos asuntos- una cosa es predicar y otra dar cobijo. El partido que venía a solucionar todos los problemas sociales de esta ciudad está claramente estancado y según las asociaciones que atienden de forma directa a las personas de la calle, «este asunto se le está yendo de las manos».
De hecho, nunca ha sabido manejarlo más allá de algún efectista traslado masivo -de unos días y cuando no era urgente como ahora- a algún centro deportivo sin apenas uso. Ahora que realmente hace falta buscar este tipo de recursos, no hay movimiento alguno. Las personas sin hogar necesitan mucho más que el trabajo titánico de unos cuantos voluntarios sobrados de bondad, solidaridad y sacrificio. Precisan de algo más que buenas palabras en vísperas electorales y que promesas de nuevos centros que nunca llegan. No basta con lamentar sus muertes o con darles un ‘kit’ de verano compuesto de una gorra, una camiseta o un protector solar. Necesitan, en los peores momentos como ahora, de una atención integral, ágil y personalizada de manos de profesionales dirigidos por concejales competentes.