Cádiz sigue perdiendo

Hay una lección que los jóvenes aprenden en casa y que les sirve para toda la vida. Esa es la de la responsabilidad. Para todo, desde la escuela a la familia o los amigos, incluso a la hora de afrontar sus juegos. Esa misma responsabilidad cuando hay que gestionar los problemas importantes se echa en falta en el escenario político actual. El empecinamiento de algunos políticos en torpedear la formación de un ejecutivo que siga trabajando para el país está retrasando la puesta en marcha de iniciativas que son fundamentales para la reactivación económica de una provincia tan castigada por el paro y la crisis como la gaditana. Los debates estériles y los juegos de pasillo en el Congreso de los Diputados impiden que haya un gobierno que pueda distribuir las ayudas de la ITI o que siente de una vez a los agentes responsables de Las Aletas para que arranque el gran parque industrial que precisa la Bahía de Cádiz. Son esos dimes y diretes y esas guerras intestinas en los partidos los que están bloqueando que se puedan llevar a cabo los cambios legislativos que traigan consigo un impulso a las energías renovables, uno de los salvavidas a los que también tiene que asirse la provincia. La búsqueda de pactos de perdedores y de alianzas imposibles demora que puedan ponerse en marcha iniciativas de obra pública, ya que la ley impiden que las administraciones hagan concesiones de peso mientras que no se constituya el nuevos Ejecutivo. Si, como plantea el peor de los escenarios, se repiten las elecciones, la paralización se alargará más todavía. ¿Qué dirán los que prefieren estos juegos políticos a los parados de la provincia que podrían conseguir un empleo con alguna de estas iniciativas que ahora se encuentran paralizadas? No podemos permitirnos más demoras. No podemos.