La Sierra, golpeada por el coronavirus
El nuevo cierre perimetral o el cese de actividad tienen como añadido al dolor por los contagiados el golpe a la moral a toda la población
El Comité Territorial de Alertas de Salud de Alto Impacto se reunía ayer para estudiar las cifras del Covid en Andalucía. Lo hacía con 24 horas de antelación respecto a la fecha habitual con motivo de la Semana Santa . El resultado, si se ... suma el desfase registrado por un error informático en la víspera, ha sido demoledor para una comarca gaditana: la Sierra. Precisamente, la más turística de toda la provincia en las fechas ajenas al verano. Los 72 contagios en un día en Ubrique elevan la incidencia más allá de los 1.100 casos por 100.000 habitantes. De largo, la más dura de todos los municipios gaditanos. La cifra obliga al cierre perimetral y el toda actividad no esencial desde mañana. Un palo por lo que supone de dolor en una población que, como las demás, no se explica la subida repentina cuando hace semanas o meses apenas tenía casos. El diabólico tíovivo de una enfermedad desconocida tiene desconcertados a todos: científicos, sanitarios, dirigentes públicos y, sobre todo, vecinos. En otras localidades serranas (Alcalá del Valle, Puerto Serrano...) también hay preocupación y llega otro cierre perimetral pero con cifras que son la mitad de la ubriqueña. Las medidas contra la libre y total movilidad de los ciudadanos vuelven a presentarse como ineludibles porque, por desgracia, aún no hay otro remedio para la nueva y mortal enfermedad que limitar los encuentros entre unos seres humanos y otros. La vacunación avanza lenta y, por desgracia, estamos en una situación parecida a la de los precedentes febrero, enero, noviembre, octubre o mayo. Al menos en esas localidades.
Así las cosas, y con los números de contagiados y víctimas, de hospitalizados y críticos, en crecimiento en esta zona no hay alternativa. La situación podría parecerse al confinamiento de primavera de 2020 en esta comarca pero con los colegios en marcha y los puestos de trabajo, por más que limitados, funcionando desde el próximo lunes. Con todo, el objetivo es el mismo. Que los hospitales no colapsen con una cuarta ola, que las UCI no se abarroten de pacientes en una situación difícil, atendidos por profesionales agotados física y mentalmente. Con todo el daño turístico, comercial y, sobre todo, anímico, es necesario cumplir estas normas, aprender del pasado y esperar que en unos días la situación mejore, que los pacientes no evolucionen de forma grave. Tenemos que demostrar en estos días que hemos aprendido algo. Sobre todo de entereza y esperanza.