Los servicios que cuesta la tozudez
El larguísimo tira y afloja para la aprobación de la nueva RPT, que podría ver la luz en unos meses, ha dejado a la ciudad sin una suerte de prestaciones esenciales
No es verdad que bien esté lo que bien acaba. Hay decenas, cientos, miles de situaciones en las que el dicho yerra. Una de ellos, quizá de las más cercanas de nuestra actualidad, está en el conflicto que mantenían abiertos los representantes sindicales de la ... Policía Local de Cádiz con el equipo de Gobierno a cuenta de la nueva Relación de Puestos de Trabajo. Todo apunta a que se ha logrado cierta distensión y que en unos meses podría aprobarse esta esperada RPT. Sin embargo, por el camino Cádiz ha tenido que soportar estar un año y medio sin que se prestasen servicios esenciales, como el control del ruido. Además, el Ayuntamiento ha estado pagando por el conocido como ‘multacar’ sin que éste estuviera operativo.
Quizá el momento en que la ciudadanía perdió la paciencia respecto a este conflicto fue cuando la Policía se negó a prestar el servicio voluntario de vigilancia de playa. El encono mantenido con los representantes de los agentes había llevado a éstos a tener que tomar una medida tan drástica como significativa para una ciudad que, además de vivir del turismo, presume de tener unas playas urbanas llenas de atractivo y seguridad. Los enfrentamientos que se produjeron meses después con la manifestación de los agentes tampoco invitaban al optimismo.
Meses después, la situación se ha ido reconduciendo y es algo de lo que todos deberíamos alegrarnos. Pero no podemos olvidar que la ciudadanía ha estado sin recibir una serie de servicios que le tenía encomendados a su Ayuntamiento, que no ha hecho sino cruzarse de brazos ante esta situación y echar balones fuera. La cantidad de conflictos laborales que ha provocado en el Consistorio el mismo equipo que anunció hace casi siete años a bombo y platillo que su intención era dotar de dignidad laboral a los trabajadores ha mantenido conflictos con casi todas las áreas y los afectados han mantenido una queja similar: la poca capacidad de diálogo y de escucha de los gestores del Ayuntamiento. Cuando dentro de unos meses se indique que todo se ha resuelto habrá que recordarles la tensión y la falta de servicios que han tenido que soportar los gaditanos en este año y medio por culpa de un equipo instalado en la poltrona de su propia soberbia.
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