Sánchez sigue confinado

El presidente se niega a compartir plano y escena con dirigentes contra los que lanza campañas

El gran argumento contra la crítica de Casado a Sánchez era la inexistencia de un plan B realista que pudiera aplicarse con ventaja en lugar del que ha desarrollado el Gobierno, y que, con todas las deficiencias que se quiera, está controlando ... la patología, a un precio muy elevado en vidas, y ha permitido ya poner en marcha una cautelosa desescalada, que a su vez debería servir para recuperar la economía y de avanzar hacia una «nueva normalidad», eufemismo que significa que aun cuando se haya reducido el contagio hasta valores próximos a cero, habrá que seguir manteniendo medidas preventivas para evitar un posible y probable rebrote.

Un tuit del PSOE señalando al Gobierno de la Comunidad de Madrid como «ejemplo de gestión ineficaz e irresponsable ante la crisis» permite deducir que a Sánchez quien le quita el sueño no es Pablo Iglesias ni Pablo Casado sino Isabel Díaz Ayuso. Ya se sabe que no hay nada más irritante que vivir en la Moncloa y tener a la oposición gobernando Madrid. En el gran escaparate que es la capital de la nación. La política de comunicación de Sánchez se resiente de que la sede de las grandes instituciones esté en manos de Ayuso y Almeida. La presencia a cuentagotas de Sánchez en puntos nucleares de la capital de España durante lo más duro de la pandemia no hace más que confirmar que la foto con los dos políticos populares no es precisamente de su gusto.

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