SailGP o lo mejorable de un gran éxito
El desconocimiento del evento y la cercanía de la pandemia han impedido que Cádiz aproveche todo el potencial de una cita que aspira a recibir de nuevo
La ciudad de Cádiz –la Bahía que conforma o debiera conformar una gran urbe con idénticos servicios e intereses– ha vivido un gran fin de semana. Para el resto de España, en algunas comunidades, es un gran puente festivo. En esta zona, con la jornada ... de ayer como lectiva y laborable, la actividad se ha concentrado en un fin de semana que no ha sido uno más, no ha sido una simple concatenación de viernes, sábado y domingo. La celebración de una gran prueba deportiva –desconocida hasta ahora para la inmensa mayoría– y el periodo vacacional para muchos visitantes ha provocado un aluvión festivo, de visitas y ambiente, de cierta algarabía, de moderada muchedumbre. Todo lo que echábamos de menos durante la pandemia se pudo ver en esas jornadas gracias a la SailGP. No hace falta decir más de su espectacularidad y plasticidad, que si fórmula 1 del mar y todo eso. Hablamos de repercusiones. Las administraciones empiezan a echar cuentas y salen algunos millones de beneficio, una gran promoción exterior y la aspiración a repetir un experimento que ha salido bien. Para conseguirlo es preciso ser autocríticos, sin flagelación.
Por el momento y por las características, por venir de donde venimos y por ver lo que hemos visto, resulta que han quedado ganas de más. Y bueno es. Todo lo que no sea conformismo le conviene a una ciudad con fama de indolente. Resulta que el espectáculo atrae y funciona, así que hay que ponerse a la tarea de aprovecharlo, de rodearlo de elementos que lo ensalcen y aporten más riqueza a la ciudad. Por el desconocimiento del evento náutico, en el que incurrimos todos, por la precipitación en la organización de actos paralelos y por el temor tras salir (aún no del todo) de una época de prudencias, queda la sensación de que los actos paralelos, sobre todo los municipales, han quedado algo deslucidos, que no estaban a la altura. Igualmente parecen mejorables las infraestructuras (gradas, vallas...) para que paseantes y curiosos puedan ver, en más lugares y de forma más cómoda, las pruebas. Se han echado de menos más y mejores ofertas iniciativas en cultura, gastronomía, incluso en comercio. Esta vez nos ha cogido de nuevas y nos ha cogido heridos, recién salidos de la tormenta de la enfermedad, pero si queremos repetir –y eso parece– bien haríamos en analizar lo que pudimos hacer mejor para poder obtener todo el potencial que parece tener este reencuentro de Cádiz con el mar.
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