El Apunte
Cádiz en el ruido electoral
Todos los líderes nacionales, candidatos, han pasado por la provincia en diez días y la campaña empieza hoy
Es inusual que la provincia de Cádiz sea escala de –siquiera con opciones remotas– aspirantes a presidir el Gobierno que salga de las urnas el 10 de noviembre. Más aún, en las primeras horas de la campaña. Entre la víspera de ayer y la jornada ... inicial de hoy, Santiago Abascal –con lleno absoluto– y Albert Rivera ya habrán hecho escala en tierras gaditanas. Es infrecuente que uno de los candidatos que tuviera opciones de ser la gran sorpresa política en España hace pocos meses, el propio Rivera, abra en esta localidad periférica su periplo en defensa de una reformas institucionales que han quedado desdibujadas con el avance de la crisis catalana. Es bastante raro que el gran fenómeno de la política nacional en los últimos dos años, Pablo Iglesias, estuviera unas horas antes del inicio de la reiterativa campaña electoral que nace hoy en Jerez. Fue hace menos de una semana.
El presidente del Gobierno en funciones, el único que persigue la reelección tras la frustrada formación de un Ejecutivo, también ha protagonizado ya un acto público en la capital gaditana en este octubre tan electoral como la campaña, eterna, que formalmente se abre esta noche. Todos los gallos –sorprendentemente vuelve a faltar una sola mujer entre los candidatos– han pasado ya por Cádiz y, varios, volverán. Todos los grandes nombres de las principales formaciones han pasado por la provincia en un margen de diez días. Algo que no es habitual. La justificación que utilizan todos es su censo, su importante población y, además, la Historia de España. Cádiz fue el paritorio de la primera Constitución del país, la que le dio su actual carácter nacional. Es la cuna de la libertad, por tanto, el origen de muchas cosas. Pero los malpensados tienen razones para creer que se trata de su extraña configuración política en la actualidad. Podemos (o Adelante, o las confluencias) entienden ahora que la ciudad de Cádiz es un símbolo (como Madrid, Santiago, Barcelona...). Sea por una cosa o por otra, esta pirotecnia electoral es absolutamente secundaria. Es efímera, temporal y repetida. Es puro espectáculo. La prioridad de los gaditanos, lo esencial para ellos, es que su ciudad, su provincia, sus problemas sigan en el centro del debate, en mitad del escenario, junto a todas las preocupaciones de todos los representantes. Eso supondría un cambio y un avance. Lo electoral es sólo ruido.
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