Rota es «el bien absoluto»
La solidaridad conmovedora de ciudadanos y soldados se enfrenta a la barbarie de la muerte que les empuja por miles
Las peores circunstancias tienen, siempre, el llamativo efecto de sacar la mejor versión del ser humano. Cuesta digerir, desde la observación, la convivencia de las peores atrocidades, la mayor crueldad, con la generosidad y la solidaridad. Parece como si las cualidades brotasen al mismo tiempo ... que las miserias para tratar de compensar el horror que provocan las peores mañas de los peores hombres. La crisis humanitaria que vive Afganistán, con todo el planeta mirando horrorizado, ha conseguido renovar esta contradicción. Mientras miles de personas se hacinan junto al aeropuerto de Kabul a expensas de ser víctimas de atentados y represalias –el pasado jueves murieron por decenas tras dos atentados suicidas–, en numerosos rincones del mundo se afanan por preparar cuanto pueden para atender a los rescatados. Rota es el ejemplo que nos cae más cerca. Sólo en la jornada de ayer, en dos vuelos, más de 800 personas encontraron su tierra prometida y de salvación en el recinto militar de la Bahía de Cádiz.
No son todos los que deberían llegar. Siempre quedarán demasiados atrapados en su lugar de origen pero el sacrificio por sacarlos, la voluntad de atenderles representa –como recreaba aquella mítica película de ‘La lista de Schindler’– el «bien absoluto». Como uno de los protagonistas le decía al que daba nombre a la historia, desconsolado por no poder salvar a más judíos de la muerte segura, salvar a tres, a 30 ó a 300 supone «el bien absoluto», frente al mal que representa matar a uno sólo de ellos. Es reconfortante, para el futuro de todos nosotros, ver cómo el campamento de Rota se ha preparado, cómo se han coordinado Armada de Estados Unidos, de España y Policía Nacional, con una sobrecogedora entrega de voluntarios y ciudadanos de la villa, de la comarca y la provincia. Están desbordados de material, de manos. No dejan de llegar reservas de comida, de prendas y de cualquier objeto que puedan necesitar. Como ha declarado el alcalde roteño, no cabe más que «orgullo» ante la respuesta de «la gente». Las 102 vidas de españoles perdidas en Afganistán no han sido en vano si fueron las raíces de esta ayuda que no conoce de fronteras, ideologías ni credos. Se trata de salvar vidas, las que podamos, cuando podamos, y eso, sin entrar en cantidades, en posibles e imposibles, es sencillamente «el bien absoluto», como nos enseñó el cine.
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