El reto de cuidar a nuestros jóvenes en Bachillerato
La subida de notas por el coronavirus está pasando factura a los adolescentes gaditanos, sometidos a la enorme presión de necesitar calificaciones muy altas para optar a la carrera deseada
Todos los que hemos sido estudiantes alguna vez hemos fantaseado con lo mismo. Que el día del examen el profesor, en algún arrebato extraño de magnificencia, concediera un aprobado general, cuando no un sobresaliente general. Incluso habremos defendido el argumento de que, en rigor, no ... pasaría nada si a todos los alumnos se les concediera un sobresaliente aunque no lo merecieran. Es una patraña similar a la de imprimir dinero sin ton ni son para lograr que todos sean ricos. El resultado en uno y otro caso es el mismo: una inflación que provoca un aumento del coste de los objetivos.
Y es que la subida de la nota media durante la pandemia en Bachillerato ha provocado una competencia feroz entre los alumnos que quieren optar a una carrera que demanda una alta nota de acceso. Así lo ponen de manifiesto desde la comunidad educativa, que lamenta que muchos de estos adolescentes sólo viven para estudiar y que quedarse a algunas décimas del 10 supone un auténtico drama para ellos.
Cierto es que la sana competencia fomenta el compromiso y la responsabilidad, pero no hay que perder de vista que son adolescentes que se enfrentan a un momento vital muy delicado. En estos tiempos en los que tanto se está poniendo, afortunadamente, el foco sobre la salud mental, no debemos descuidar la situación por la que muchos de nuestros hijos, nietos o sobrinos están pasando. En especial porque esta obsesión por las altas calificaciones no está redundando en una mayor especialización, sino que sólo está destrozando los nervios y la felicidad de una generación de jóvenes que ya ha pasado su travesía en el desierto durante la pandemia. Es imprescindible que, como sociedad, atendamos a los que son las mujeres y los hombres del mañana.
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