Un respiro mínimo para una provincia ahogada
El alivio en los datos de ocupación y desempleo resalta lo alarmante de las cifras y lo mucho que falta más allá de la pandemia
Nadie descubre nada si afirma que el desempleo es un problema estructural en esta provincia. Es, por desgracia, un elemento más de su historia y su paisaje, inamovible al parecer. Es crónico. Es tan antiguo que habría que remontarse a mediados del siglo XX, cuando ... no existían mediciones como las actuales, para encontrar porcentajes que no provocasen alarma. Su situación es tan resistente y grave que resulta inútil hacer valoraciones trimestrales, hablar de unas pequeñas subidas o bajadas. Más aún cuando se interpone en ese balance un seísmo social, económico y laboral como la pandemia causada por el Covid-19 en 2020 y parte de 2021. Salvo esas grandes crisis (la actual, la de 2008, la de 2013...) en términos anuales las variaciones suelen ser muy pequeñas, siempre sometidas a la temporalidad de sectores clave como el turístico, ahora tan dañado. Así que el hecho de que la Encuesta de Población Activa (EPA) diga que la provincia ha recortado en un punto porcentual su tasa de desempleo entre abril y junio –para dejarla en un desolador 25,5%– supone poco. Un alivio, un mínimo respiro, pero casi nada si se ve con perspectiva temporal, con algo de distancia. La evolución a corto plazo es favorable al incrementarse el número de personas ocupadas en este segundo trimestre y recortar 3.000 parados.
El paro ha bajado en toda España, en Andalucía e incluso en Cádiz, con la salvedad de que en esta provincia su incidencia –por usar un término tristemente actual– es tan alarmante como siempre. Nada va a cambiar si cuatro de los cinco municipios con mayor desempleo en España, seis de los diez primeros en esa tétrica clasificación, son gaditanos. Entre los quince, los veinte más afectados, la mayoría de localidades de Cádiz resulta también bochornosa. Esa situación lleva décadas produciéndose al margen de las pequeñas alteraciones estadísticas, incluso de grandes dramas como la pandemia. Ahí siguen los números, siempre los peores. Esas cifras esconden a familias, demasiadas, sin la menor oportunidad de regresar al mercado laboral. La situación del paro en Cádiz es algo mejor que hace un año sí. Son algunas desgracias menos, sí, pero siguen siendo demasiadas. Sobre todo porque ningún otro territorio de España soporta esta lacra con tanta intensidad y duración. Algún día habrá que preguntarse por qué.